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perdón del Señor y debe ser confesado en el Sacramento de la Penitencia

y la Reconciliación. El daño que causa a uno mismo, a sus relaciones, a la

sociedad y al Cuerpo de Cristo necesita curación. La pornografía nunca

puede ser justificada y siempre es mala.

La pornografía no consiste sólo en imágenes visuales (que pueden ser

reales o virtuales, incluyendo las generadas por computadora), sino que

también puede estar en forma escrita o en audio (por ejemplo, ciertas

novelas románticas, literatura erótica, conversaciones telefónicas, redes

sociales, chats de video en línea, etc.). Abarca lo que a veces se distingue

como pornografía “suave” y “dura”. Se trata de una división artificial; toda

la pornografía es dañina y mala, mientras que los efectos sobre una persona

pueden variar dependiendo de la intensidad del contenido. La pornografía

no es arte.

31

Por qué la pornografía es una ofensa contra la

castidad y la dignidad humana

Ver pornografía deliberadamente es un grave

pecado contra la castidad

.

La intimidad sexual y el placer que se deriva de ella son dones de Dios y

deben seguir siendo personales y privados, disfrutados solamente dentro del

lazo sagrado del matrimonio. Esta intimidad no debe ser exhibida o mirada

por ninguna otra persona, incluso si esa persona es el propio cónyuge. El

cuerpo humano tampoco debe ser presentado o tratado de una manera que

lo cosifique sexualmente y lo reduzca a un estimulante erótico. Jesús es

claro en su enseñanza de que la inmoralidad sexual no es sólo una cuestión

de las propias acciones, sino también una cuestión del propio corazón:

“Han oído ustedes que se dijo a los antiguos:

No cometerás adulterio

; pero yo

les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio

con ella en su corazón” (Mt 5:27-28). Independientemente de la relación

entre las partes, mirar a otra persona con lujuria —como sólo un objeto

sexual para disfrutar, controlar y usar— es un pecado. Es una visión

des

or-

denada de la persona, ya que es ordenada hacia el

uso

, como si fuera una

cosa, y no hacia el

amor

, que es lo propio de las personas. Es por esto que la

pornografía nunca puede justificarse, incluso dentro del matrimonio.

32

La pornografía es también un grave

pecado contra la dignidad humana

.

Como dice el

Catecismo

, filmar o tomar fotos de las partes íntimas del

cuerpo o de actos sexuales “atenta gravemente” contra la persona o