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de ustedes cuyo cónyuge se niega a reconocer su problema o rechaza recibir

ayuda, sepan que la Iglesia está aquí para ustedes. Oren por el cambio

de actitud de su cónyuge y busquen oportunidades para darle aliento.

Establezcan límites claros si es posible, como instalar un programa de mon-

itoreo en línea, limpiar la casa de cualquier forma de pornografía, cuidar de

su propia salud y negarse a ser utilizados como excusa para el uso de por-

nografía de su cónyuge. Hay grupos de apoyo y consejeros para cónyuges

de personas adictas que pueden ayudarlos en esta lucha (véase Apéndice).

¡Recuerden: no están solos! La Iglesia quiere ayudarlos y alentarlos y pide a

aquellos lo suficientemente valientes para reconocer su propia experiencia

con esta cuestión que ayuden a otros cónyuges heridos en la comunidad.

A todos los padres

¡Gracias por su gran amor y sacrificio! Ustedes son queridos por Dios el

Padre, de quien toma el nombre su paternidad y maternidad. Ustedes

son los primeros tutores y maestros de sus hijos y están llamados a ser sus

modelos de amor casto y fructífero. La Iglesia está muy agradecida por

ustedes que forman, protegen y guían a la Iglesia doméstica. A medida

que crecen, los niños seguros en el amor mutuo de sus padres y hacia ellos

tendrán una clara ventaja al navegar por los desafíos del mundo. Los niños

tienen derecho a recibir “la auténtica educación de la sexualidad y del

amor”, que incluye la educación en la castidad.

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Es una gran y crucial

responsabilidad de ustedes enseñar a sus hijos el verdadero significado de

la sexualidad humana, que les posibilite ver su belleza como una expresión

de amor total. Incluso desde temprana edad, sus hijos pueden aprender el

autocontrol, la modestia y el respeto por los demás a partir de las palabras

y acciones de ustedes. La educación en la castidad también incluye hacer

todo lo que puedan para proteger a sus hijos de la pornografía y ayudarles a

rechazar esta así como otros pecados sexuales a medida que maduran. Hay

buenos recursos para ayudarlos en esta importante tarea (véase Apéndice).

¡Padres y tutores, protejan su hogar! Estén alertas frente a la tecnología

que dejan entrar a su hogar y sean conscientes de la prevalencia de con-

tenido sexual incluso en la televisión y el cine masivos, y la facilidad con

que penetra la Internet y los dispositivos móviles. Edúquense en el software

de filtrado que puede ayudar a proteger su hogar. Fomenten la apertura y la

confianza con sus hijos, para que estos sepan que pueden acudir a ustedes si