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Nota introductoria
L
os obispos católicos de los Estados Unidos se complacen en ofrecer una
vez más a los fieles católicos
Formando la conciencia para ser ciudadanos
fieles
, nuestro documento doctrinal sobre la responsabilidad política de
los católicos. Esta declaración representa nuestra orientación para los católicos
en el ejercicio de sus derechos y deberes como participantes en nuestra
democracia. Instamos a nuestros pastores, fieles laicos y religiosos, y a todas las
personas de buena voluntad, a utilizar esta declaración para ayudar a formar
sus conciencias, enseñar a los que están a su cuidado, contribuir al diálogo
público cívico y respetuoso, y plasmar opciones políticas en las próximas
elecciones a la luz de la doctrina católica.
La declaración pone de relieve nuestra doble herencia como fieles
católicos y a la vez ciudadanos estadounidenses con derechos y deberes como
participantes en el orden civil. En primer lugar, sin embargo, recordamos que
nos relacionamos con el orden civil como ciudadanos del Reino celestial,
cuyo reinado no está todavía plenamente realizado en la tierra pero exige
nuestra lealtad incondicional. Es como ciudadanos fieles al Señor Jesús que
contribuimos más eficazmente al orden civil.
Este documento está compuesto principalmente por la declaración
adoptada abrumadoramente por los obispos en 2007, además de ciertas
revisiones limitadas a modo de actualización.
En particular, esta versión se basa en la riqueza de la enseñanza papal
desarrollada desde la versión 2007 de
Ciudadanos fieles
, como el magisterio del
papa Benedicto XVI en sus últimos años de papado y el del papa Francisco
hasta la fecha. A partir de estas grandes enseñanzas discernimos, por ejemplo,
mensajes a la Iglesia universal que deben atenderse de una manera especial: el
vínculo indisoluble que existe entre nuestro testimonio de la verdad y nuestro
servicio a los necesitados (
Caritas in Veritate
); nuestro papel como discípulos
misioneros, convocados a salir del santuario para llevar a Cristo a las periferias
con alegría (
Evangelii Gaudium
), y el cuidado de nuestra casa común y de todos
los que en ella habitan, especialmente los más pobres (
Laudato Si’
).
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