16
El papa Francisco nos recuerda que el aspecto de acompañamiento de
hacerse discípulo nos ofrece la oportunidad de estar verdaderamente pre-
sentes ante otros, especialmente ante los que están luchando con dificulta-
des: “Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad
para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar
al que se quedó al costado del camino”.
50
Los momentos cotidianos de la
propia vida vividos con la caridad, la fe y la esperanza de los cristianos dan
testimonio a los familiares, amigos, vecinos, colegas y otros que pueden
haber dejado de participar activamente en la vida de la Iglesia o aquellos
que no tienen una vida de fe. A veces es posible que debamos acompañar
a los que están en situaciones difíciles para ayudarlos a dar pasos graduales
hacia una comunión sacramental restaurada.
51
Este testimonio es esencial
para acercarse a otros en el mundo de hoy.
El Santo Padre también nos llama de manera especial a acom-
pañar a aquellos que atraviesan situaciones difíciles relacionadas con
el matrimonio:
La mirada de Cristo . . . inspira el cuidado pastoral de la Iglesia hacia
los fieles que simplemente conviven, quienes han contraído sólo
matrimonio civil o los divorciados vueltos a casar. Con el enfoque
de la pedagogía divina, la Iglesia mira con amor a quienes participan
en su vida de modo imperfecto: pide para ellos la gracia de la con-
versión; les infunde valor para hacer el bien, para hacerse cargo con
amor el uno del otro y para estar al servicio de la comunidad en la
que viven y trabajan [...] Cuando la unión alcanza una estabilidad
notable mediante un vínculo público —y está connotada de afecto
profundo, de responsabilidad por la prole, de capacidad de superar
las pruebas— puede ser vista como una oportunidad para acompañar
hacia el Sacramento del Matrimonio, allí donde sea posible”.
52
3. Comunidad
La evangelización invita a las personas al Cuerpo de Cristo, que es la
Iglesia Católica.
La Iglesia es una comunidad reunida por obra del Espíritu Santo:
Es el Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, quien trans-
forma nuestros corazones y nos hace capaces de entrar en la