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La inspiración inmediata para este recurso se encuentra en los repeti-
dos llamados del papa Francisco a que nuestras estrategias como Iglesia,
parroquia y ministerio pasen de una mentalidad de
mantenimiento
a una de
misión
. En palabras del Santo Padre:
Espero que todas las comunidades procuren poner los medios
necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral
y misionera, que no puede dejar las cosas como están. Ya no nos
sirve una “simple administración”. Constituyámonos en todas las
regiones de la tierra en un “estado permanente de misión”.
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Esta visión misionera no puede lograrse sin el esfuerzo compartido de toda la
comunidad eclesial. Como nos dijo el papa Francisco durante su viaje apos-
tólico a los Estados Unidos en 2015, “Nuestro reto hoy es construir sobre
esos cimientos sólidos y fomentar un sentido de colaboración y respons-
abilidad compartida en la planificación del futuro de nuestras parroquias
e instituciones”.
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El discernimiento y planificación compartido, enraizado
en la oración, marca el inicio de un fructífero esfuerzo de evangelización.
También requiere tiempo, energía, conocimientos, habilidades, planificación
cuidadosa e implementación, ¡todo con la gracia del Señor, por supuesto!
El enfoque debe dirigirse hacia fuera, no a la parroquia como tal, sino a
cómo puede la parroquia o comunidad de fe conducir, ministrar e interac-
tuar con las personas mejor y más fructíferamente en el llamado al testi-
monio y discipulado. En su exhortación apostólica
Evangelii Gaudium
, el
papa Francisco habla de la necesidad de ir más allá de un enfoque interno
o autónomo:
Si bien se percibe una mayor participación de muchos en los min-
isterios laicales, este compromiso no se refleja en la penetración de
los valores cristianos en el mundo social, político y económico. Se
limita muchas veces a las tareas intraeclesiales sin un compromiso
real por la aplicación del Evangelio a la transformación de la socie-
dad. La formación de laicos y la evangelización de los grupos profe-
sionales e intelectuales constituyen un desafío pastoral importante.
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Una manera de asegurar que nuestras parroquias sean verdaderas
comunidades de evangelización, centradas en la preparación de los cris-
tianos para el discipulado, es que toda la parroquia emprenda un proceso
de discernimiento para evaluar el ministerio pastoral y los programas de