35
feligreses nuevos y establecidos, especialmente niños y jóvenes, adultos
jóvenes, recién casados y padres, divorciados o viudos, inmigrantes, perso-
nas que buscan ayuda y los que se sienten alejados de la Iglesia. Se fomenta
un sentido de acogida con palabras cálidas del párroco, ofreciendo la Misa
y el Sacramento de Penitencia y Reconciliación en momentos conveni-
entes, asegurando la accesibilidad del culto y la inclusión para discapac-
itados físicos y mentales, y usando diversos idiomas, donde sea necesario.
Los discípulos encuentran la comunión en sus familias, su parroquia y las
relaciones con los demás.
Preguntas para la reflexión:
• ¿Cómo cultivamos un espíritu
communitario y misionero dentro de nues-
tra familia?
• ¿Hay áreas en las que debemos trabajar para fortalecer nuestra familia
como comunidad de fe?
• ¿De qué maneras podemos ofrecer más formación permanente y apoyo
para la vida familiar?
• ¿Cómo podemos llegar a ser una comunidad parroquial más acogedora?
¿
Qué áreas requieren crecimiento?
Enviar
El compromiso de vivir la vida cristiana es un elemento esencial de la cul-
tura del testimonio. Damos testimonio de la vida cristiana viviendo nues-
tras respectivas vocaciones. Como nos dice san Pedro, debemos estar “dis-
puestos siempre a dar, al que las pidiere, las razones de [nuestra] esperanza”
(1 P 3:15). Debemos buscar maneras de compartir con otros la manera en
que hemos experimentado el amor salvífico de Jesucristo. Como dijo el
beato Pablo VI: “En el fondo, ¿hay otra forma de comunicar el Evangelio
que no sea la de transmitir a otro la propia experiencia de fe?”
76
La pro-
fesión pública de la propia fe a través de obras de caridad y justicia —que
promueven la solidaridad, la paz y la corresponsabilidad por la creación—
edifica el Reino de Dios. La justicia social y las oportunidades misioneras
directas ofrecen encuentros poderosos con la persona de Jesús y su Iglesia.
La dignidad innata de la persona humana es el fundamento de una visión
moral para la sociedad. La vida humana es sagrada. Toda persona tiene el