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PARTE I
Resumen teológico de la
Nueva Evangelización
“No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los
ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca”.
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En su
primera audiencia general, el papa Francisco desafió a todos los bautizados
a “abrir las puertas de nuestro corazón, de nuestra vida, de nuestras parro-
quias, de los movimientos, de las asociaciones, y ‘salir’ al encuentro de los
demás, hacernos nosotros cercanos para llevar la luz y la alegría de nuestra
fe”.
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Intensificar nuestra fe vivida y abrirnos nosotros mismos y nuestras
comunidades de fe más plenamente a todas las personas —especialmente
en nuestras parroquias, escuelas y otros ministerios— son los objetivos
esenciales de la Nueva Evangelización. Como ha dicho el documento
preparatorio del Sínodo sobre la Nueva Evangelización, nosotros como
Iglesia ya no podemos quedarnos en el “
business as usual
”.
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Para asumir el
desafío del papa Francisco, debemos ser discípulos misioneros, llamados a
dar testimonio de Cristo en cada aspecto de nuestra vida.
¿Qué es la evangelización?
La misión de evangelización está resumida sucintamente en la declaración
del Comité de Evangelización y Catequesis de la USCCB,
Discípulos llama-
dos a dar testimonio
:
La misión
ad gentes
(“al mundo”) de la Iglesia dada a ella por Cristo
es el anuncio de la Buena Nueva a los que no lo conocen. Las cir-
cunstancias históricas y sociales del siglo XX llevaron a la Iglesia a
renovar su misión de evangelizar. Esta visión renovada de la evan-
gelización incluye, como el papa Benedicto XVI ha afirmado, el reto