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PREFACIO:

NUESTRO PRIMER OBISPO

ESTADOUNIDENSE

El primer obispo de Estados Unidos fue ordenado el día de la fiesta

de la Asunción en 1790. El acontecimiento tuvo lugar en la capilla

de Santa María del Castillo Ludworth, hogar ancestral de la familia

Weld, en Inglaterra. La familia Weld había sido católica durante siglos,

manteniéndose fiel durante y después de la Reforma. El Obispo Charles

Walmsley ofició la ordenación. El Padre John Carroll, de Maryland,

eligió este lugar histórico para su ordenación.

John Carroll nació en 1735, en una familia adinerada y con tierras

en Upper Marlborough, Maryland. Estudió en una escuela jesuita en San

Omer, Francia. Durante la mayor parte de su vida adulta joven como

sacerdote jesuita, John Carroll fue profesor de religión y otros cursos.

Después de su graduación ingresó en la Orden de los Jesuitas, se ordenó

sacerdote y enseñó francés en las escuelas de la Orden. Tras la supresión

de los Jesuitas en 1773, el Padre Carroll se convirtió en sacerdote de

parroquia y continuó respondiendo a su llamada a comunicar el Evan-

gelio por medio de la predicación y la enseñanza. Su amor por la ense-

ñanza perduró durante toda su vida.

Cuando tenía cuarenta años, el Padre Carroll regresó a la casa de

su madre en Rock Creek, y allí sirvió como sacerdote en una parroquia,

mientras que el conflicto entre Inglaterra y las colonias crecía y alcanzaba

su cenit. Después de la Guerra de Independencia de Estados Unidos,

el Padre Carroll fue elegido primer obispo de Baltimore, Maryland; su

ordenación tuvo lugar el 15 de agosto de 1790. Durante los veinticinco

años siguientes, él marcó las pautas a seguir para la Iglesia Católica en

Estados Unidos. El Obispo Carroll ideó un papel creativo para la Iglesia

en un nuevo tipo de país.

Un año después de convertirse en obispo, convino un sínodo —una

reunión oficial de sus sacerdotes— para tratar las necesidades pastorales

de la Iglesia diocesana y para asegurarse de que las prácticas universales