112 •
Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada
Santo es, esencialmente, Amor. El amor puede cambiar a aquellos con
quienes nos encontramos y nos puede cambiar a nosotros mismos en
cada encuentro. Gracias al Espíritu Santo nuestro ser, en su totalidad,
mente, corazón, alma y cuerpo, puede ser impregnado con Amor.
“Dios es Amor” y el Amor que es el primer don, contiene
todos los demás. Este amor “Dios lo ha derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado”. (CIC,
no. 733, citando 1 Jn 4:8, 16 y Rm 5:5)
Un rico ejemplo del poder transformador del Espíritu Santo se
puede ver en la vida de la Santísima Virgen María, la madre de Jesús.
Ella es la obra maestra de Dios, transformada por ello en una luminosa
testigo de la gracia desde el momento de su concepción. El ángel Gabriel
correctamente se dirigió a ella como “llena de gracia”. Es también por
el poder del Espíritu Santo que la Virgen María concibió a Jesús, el Hijo
de Dios.
En fin, por medio de María, el Espíritu Santo comienza a poner
en Comunión con Cristo a los hombres “objeto del amor
benevolente de Dios”, y los humildes son siempre los primeros
en recibirle: los pastores, los magos, Simeón y Ana, los esposos
de Caná y los primeros discípulos. (CIC, no. 725)
EL ESPÍRITU SANTO ES REVELADO GRADUALMENTE
El Espíritu Santo es la última de las Personas de la Santísima Trinidad
en ser revelada. San Gregorio Nacianceno (329-389 d.C.) nos ofrece
una excelente imagen del método pedagógico de Dios, el cual revela
lentamente la verdad sobre la Trinidad. La Sagrada Escritura revela la
verdad sobre la Trinidad en tres etapas:
El Antiguo Testamento proclamaba muy claramente al Padre,
y más obscuramente al Hijo. El Nuevo Testamento revela al
Hijo y hace entrever la divinidad del Espíritu. Ahora el Espíritu
tiene derecho de ciudadanía entre nosotros y nos da una visión