Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  17 / 706 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 17 / 706 Next Page
Page Background

INTRODUCCIÓN

[El

Catecismo de la Iglesia Católica

] está destinado a

favorecer y ayudar la redacción de los nuevos catecis­

mos de cada nación, teniendo en cuenta las diversas

situaciones y culturas, pero conservando con esmero la

unidad de la fe y la fidelidad a la doctrina católica.

—Papa Juan Pablo II,

Guardar el Depósito de la Fe

(

Fidei Depositum

), IV, no. 4

El 11 de octubre de 1992, el Papa Juan Pablo II publicó su constitución

apostólica

Guardar el Depósito de la Fe

, promulgando la publicación

del

Catecismo de la Iglesia Católica

(CIC). Eligió la fecha de publicación

para marcar el décimotercer aniversario de la apertura del Concilio

Ecuménico Vaticano Segundo.

El Papa Juan Pablo II visionó el

Catecismo

como un texto de

referencia seguro y auténtico para enseñar la doctrina católica y, en

particular, para preparar los catecismos locales. Seguidamente, los

obispos de Estados Unidos discutieron con profundidad lo que deberían

hacer para responder a la llamada del Papa para preparar un catecismo

local. Este tendría que tener en cuenta la situación y cultura locales, a la

vez que preservar la unidad de la fe y la fidelidad a la enseñanza católica

comunicada en el

Catecismo de la Iglesia Católica

. En junio de 2000,

los obispos decidieron que un catecismo nacional para adultos sería una

forma efectiva de conseguir este objetivo.

Antes de describir el contenido y enfoque de este catecismo para

los adultos, se deben presentar varios asuntos preliminares. En primer

lugar, se ha de señalar que históricamente la palabra

catecismo

ha

tenido varios significados. Proviene de una palabra griega que significa

“hacer eco”. Antes de la invención de la prensa en 1450, tanto en la

Iglesia como en todas partes el aprendizaje era mayoritariamente una

experiencia oral. Una enseñanza de la Iglesia era recitada, y a quien la

escuchaba se le pedía que hiciera “eco” de ella, es decir, que la repitiese

hasta que la aprendiese. Esta forma de aprender ha existido desde antes