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Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada

desdobló su tilma, las rosas cayeron al suelo, y tanto él como el obispo

quedaron asombrados al descubrir la imagen de la Virgen María en el

sarape, representada exactamente como Juan Diego la había descrito.

La tilma que tenía la imagen de la Virgen María pronto se convirtió en

un objeto de veneración. En 1533 se construyó una pequeña capilla en el

lugar de las apariciones para acoger el sarape con su imagen milagrosa.

Hoy día, justo debajo del Cerro del Tepeyac se erige la Basílica de Nuestra

Señora de Guadalupe, donde se puede ver la tilma tal y como la vio el

obispo en 1531. La iglesia es un triunfo de la arquitectura contemporánea,

incorporando muchas facetas de la cultura y espiritualidad mexicana, y

crea un espacio cálido, de oración y de acogida. Los peregrinos, a pie o de

rodillas,a menudo trayendo rosas,procesan despacio hacia la imagen en el

santuario.Van a pedir favores a la misericordiosa Madre o para agradecerle

su tierna y compasiva respuesta a sus oraciones. Una cinta transportadora

para los peregrinos está colocada tras el santuario para que estos puedan

ver de cerca la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe expuesta en la

pared del santuario. A pesar del río de peregrinos, el santuario es tranquilo y

meditativo. La muchedumbre no es una distracción para aquellos que han

venido a orar en la nave de la basílica.

Los peregrinos todavía suben hasta la cima del Cerro del Tepeyac

para visitar la capilla original y el lugar de las apariciones. También pueden

visitar una habitación donde Juan Diego pasó sus últimos días en oración y

propagando los sucesos de las apariciones a sus compatriotas. A través de

la Virgen María, bajo la advocación de “Nuestra Señora de Guadalupe” y

por medio del evangelizador San Juan Diego,muchas de las gentes nativas

de México se convirtieron al cristianismo y se bautizaron en la Iglesia. Como

lugar de peregrinaje, este santuario se sitúa como uno de los más populares

del mundo, atrayendo a más de diez millones de peregrinos cada año.

La Virgen María se apareció en Tepeyac como una mujer joven,

embarazada, de ascendencia indígena. Se reveló a sí misma como María,

la verdadera Madre de Dios, una madre misericordiosa que escucha el

sufrimiento de su pueblo y que los consuela a todos. Al igual que su imagen

quedó grabada en la tilma de Juan Diego, así la Virgen María queda gra­

bada en los más profundos lugares de los corazones de todos aquellos que

van a ella. Bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, la Virgen

María es patrona de las Américas. Hay millones de católicos en Estados

Unidos cuya devoción a Nuestra Señora de Guadalupe y respeto a San Juan

Diego ayudan a guardar vivos nuestra fe y compromiso de evangelizar. La

festividad de Nuestra Señora de Guadalupe se celebra el 12 de diciembre.