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Catecismo Católico de los Estados Unidos para los Adultos

de la Silesia. Los maestros judíos, antes y después de Jesús, enseñaban

las Sagradas Escrituras haciendo que los alumnos repitiesen una y otra

vez los versículos.

La invención de la prensa hizo posible adaptar el método catequético

de “decir y hacer eco” a un formato de pregunta-respuesta que pudiese

ponerse por escrito. La Iglesia adoptó este método. Esto es especialmente

evidente en los influyentes catecismos de San Pedro Canisio (1521-1597)

y de San Roberto Bellarmino (1542-1621).

EL

CATECISMO ROMANO

, 1566

Una tercera etapa en el desarrollo de los catecismos tuvo lugar cuando los

obispos reunidos en el Concilio de Trento en 1563 decidieron producir una

catecismo impreso que fuese una presentación completa y sistemática de

las enseñanzas católicas. San Pío V completó esta obra y la publicó como

el

Catecismo Romano

en 1566. Quería presentar las verdades católicas

desde el punto de vista de su coherencia y valor innatos para instruir a los

fieles. Este catecismo se convirtió en la fuente duradera escrita para los

catecismos locales hasta su última edición en 1978.

Hasta la segunda mitad del siglo XX, para millones de católicos

en Estados Unidos la palabra

catecismo

quería decir el

Catecismo de

Baltimore

, el cual se había originado en la Tercera Sesión Plenaria del

Concilio de Baltimore en 1884, cuando los obispos de Estados Unidos

decidieron publicar un catecismo nacional. Contenía 421 preguntas

y respuestas en treinta y cinco capítulos. El

Catecismo de Baltimore

dio unidad a la enseñanza y el entendimiento de la fe para millones

de inmigrantes católicos que poblaban las ciudades, pueblos y granjas.

Su impacto se hizo sentir hasta el amanecer del Concilio Vaticano II

en 1962.

En aquella época, el Beato Juan XXIII articuló una visión para los

Padres del Concilio Vaticano II que los encomendó a guardar y presentar

con mayor efectividad el depósito de la doctrina cristiana para hacerlo

más accesible a los creyentes cristianos y a todas las personas de buena

voluntad del mundo contemporáneo.