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Capítulo 12. María: La Primera y Más Eminente Miembro de la Iglesia

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una vida dedicada exclusivamente a su Hijo y su misión. Su ejemplo ha

sido imitado por algunos de los discípulos de Cristo que han vivido vidas

de virginidad y celibato consagrados, desde la época apostólica hasta

nuestros días.

En el misterio de su Asunción, la Virgen María experimentó

inmediatamente lo que todos nosotros experimentaremos finalmente,

una resurrección del cuerpo como la del mismo Cristo. “La Virgen

Inmaculada […] terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada

a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del

universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los

Señores y vencedor del pecado y de la muerte” (CIC, no. 966, citando

LG, no. 59).

Finalmente, en María contemplamos lo que la Iglesia ya es durante

su peregrinaje de fe, y en lo que se convertirá la Iglesia al final de su

caminar. “Porque María, que habiendo entrado íntimamente en la

historia de la Salvación, en cierta manera en sí une y refleja las más

grandes exigencias de la fe” (LG, no. 65).

MARÍA COMO MADRE DE LA IGLESIA

Al principio de la tercera sesión del Concilio Vaticano II, el Papa Pablo

VI anunció que la Virgen María sería honrada bajo la advocación de

“Madre de la Iglesia”.

Desde la concepción de Cristo hasta su muerte, la Virgen María

estuvo unida a su Hijo en su obra de salvación. Desde la Cruz, Jesús

encomendó a María a su discípulo amado, diciéndole que la cuidase

como si fuese su propia madre (Jn 19:27). Cuando los Apóstoles y los

discípulos se reunieron para rezar tras la Ascensión de Jesús, la Virgen

María estaba con ellos orando por la venida del Espíritu Santo. María

continúa rezando ante Dios por toda la Iglesia y toda la humanidad.

Como María, la Iglesia tiene un papel maternal, dando luz a gente

en Cristo. La Iglesia nunca puede dejar de mirar a María, quien dio luz a

Jesucristo. La Iglesia contempla la maternidad de María para así cumplir

su propia llamada a ser madre de los miembros del Cuerpo Místico

de Cristo, la Iglesia. Y también como María, la Iglesia es virginal. La

descripción de la Iglesia como virginal se usa aquí en el sentido espiritual