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Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada
nuestra entrada en el cielo, el amor imperfecto requerirá purificación y
una falta total de amor significará una separación eterna de Dios.
“El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones más
profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha” (CIC,
no. 1024). Esto se llevará a cabo mediante una perfecta comunión con la
Santísima Trinidad, la Santísima Madre de Dios, los ángeles y los santos.
Jesucristo nos abrió el cielo con su muerte y Resurrección.
¿Cómo es el cielo? Las Sagradas Escrituras usan una variedad de
imágenes para ayudarnos a comprender lo que es el cielo, como una
fiesta de bodas, un banquete, la casa del Padre, un estado de felicidad
eterna. Pero el verdadero cielo va más allá de cualquier imagen que
podamos pintar. “Que lo que Dios ha preparado para los que lo aman,
ni el ojo lo ha visto, ni el oído lo ha escuchado, ni la mente del hombre
pudo siquiera haberlo imaginado” (1 Co 2:9). Ver a Dios, cara a cara, en
toda su Gloria es el aspecto esencial del cielo. Esto es lo que se llama la
visión beatífica
. Para hacer esto posible Dios se debe revelar a sí mismo
y darnos la capacidad para contemplarlo.
¡Cuál no será tu gloria y tu dicha!: Ser admitido a ver a Dios,
tener el honor de participar en las alegrías de la salvación y
de la luz eterna en compañía de Cristo, el Señor tu Dios […]
gozar en el Reino de los cielos en compañía de los justos y de los
amigos de Dios, las alegrías de la inmortalidad alcanzada. (San
Cipriano, Epístola 56, 10, 1)
“La Iglesia llama
Purgatorio
a esta purificación final de los elegidos
que es completamente distinta del castigo de los condenados” (CIC, no.
1031). Aquellos que mueren en un estado de amistad con Dios pero que
no están totalmente purificados y perfeccionados reciben la seguridad de
su salvación eterna. Sin embargo, deben pasar por una purificación para
obtener la perfección del amor y la santidad necesarios para entrar al
cielo, donde tendrán un corazón que está completamente abierto a Dios.
Este proceso se llama Purgatorio.
Nos es imposible imaginar lo que es el Purgatorio. Tradicionalmente
se ha descrito como un fuego purificador. Ya que el alma humana no
puede ser tocada por las llamas terrenales, esta imagen nos sirve para