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Segunda Parte. Los Sacramentos: La Fe Celebrada

El Rito Esencial del Sacramento

El obispo, sacerdote o diácono derrama agua sobre la cabeza de la

persona tres veces o sumerge al candidato en el agua tres veces. En la

Iglesia latina, esta acción va acompañada de las palabras del ministro

ordenado: “[

Nombre

], Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo

y del Espíritu Santo”. El ministro hace coincidir cada vez que derrama

agua o sumerge al candidato con una invocación a cada una de las

personas de la Santísima Trinidad. El ritual de inmersión o de limpieza

nos ayuda a comprender que nuestros pecados han sido enterrados y

lavados cuando morimos con Jesús, y que somos colmados de la luz y

vida divinas cuando emergemos del agua o cuando somos limpiados al

derramar el agua sobre nuestras cabezas.

En las liturgias orientales, estando el catecúmeno vuelto hacia el

Oriente, el sacerdote dice: “El siervo de Dios, N., es bautizado en

el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”. Y mientras

invoca a cada persona de la Santísima Trinidad, lo sumerge en el

agua y lo saca de ella. (CIC, no. 1240)

“Hoy, pues, en todos los ritos latinos y orientales la iniciación

cristiana de adultos comienza con su entrada en el catecumenado,

para alcanzar su punto culminante en una sola celebración de los tres

sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y de la Eucaristía” (CIC,

no. 1233). Tras completar la iniciación, los neófitos o nuevos miembros

comienzan un período de enseñanza continuada y de formación en la

vida cristiana llamado

Mistagogia

.

En lo que respecta a niños pequeños, en la Iglesia latina, los

sacramentos de la Confirmación y de la Eucaristía son administrados

algún tiempo después del Bautismo. Esto se debe en parte al énfasis

que se pone en el obispo como ministro ordinario de la Confirmación.

Aunque el obispo no puede bautizar a todas las personas, al confirmarlas

él tiene una función en la iniciación de todas las personas. En las Iglesias

orientales, al Bautismo de niños pequeños le suceden, en la misma

ceremonia, la Confirmación (Crismación) y la Eucaristía.