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Capítulo 15. El Bautismo: Hacerse Cristiano

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concupiscencia

. Esta inclinación al pecado se deja notar en lo que a veces

se llama un oscurecimiento de la mente y una debilitación de la voluntad,

es decir, la incapacidad de ver claramente el mal o el bien de una acción

y/o la falta de fuerza para resistir tentaciones y siempre hacer aquello

que está bien sin importar lo difícil que esto sea. Los efectos del Pecado

Original no tienen por qué dañarnos, siempre y cuando busquemos

la fuerza para resistirlos mediante el sacramento de la Penitencia, el

sacramento de la Eucaristía, la oración, una espiritualidad cada vez más

profunda, un crecimiento en la virtud y una dependencia total de Dios.

Hijos Adoptivos de Dios

El Bautismo también nos da una vida nueva como hijos adoptivos de

Dios. Nos convertimos en portadores de la vida divina y en templos del

Espíritu Santo. Dios nos hace justos y vivimos en un estado de gracia, es

decir, vivimos en unión con Dios debido a su atenta y amorosa iniciativa.

Nuestra permanencia en este estado de gracia se llama

gracia santificante

porque Dios nos “santifica”, es decir, nos hace su pueblo santo al darnos

su vida. Dios continúa asistiéndonos mediante muchas ayudas que se

llaman

gracias actuales

. De esta forma, tenemos la habilidad de vivir y

actuar bajo la dirección y luz de los dones del Espíritu Santo. Esto nos

ayuda a madurar en la bondad mediante el ejercicio de las virtudes,

como lo son las Virtudes Cardenales: prudencia, justicia, fortaleza

y templanza.

Incorporados a la Iglesia

Por el Bautismo nos incorporamos a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.

Participamos en el sacerdocio de Cristo, así como en su misión profética

y regia. “Ustedes son estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada

a Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las obras

maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”

(1 P 2:9). Nos alegra la comunidad que encontramos en la Iglesia,

compartimos nuestros talentos y dones con sus miembros, respondemos

voluntariamente a sus enseñanzas y obligaciones y asumimos las

responsabilidades que conlleva ser miembro de ella.