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LA CONFIRMACIÓN:
CONSAGRADOS
PARA LA MISIÓN
LA CONFIRMACIÓN ES EL SEGUNDO
SACRAMENTO DE LA INICIACIÓN
—CIC, NOS. 1285-1321
FRANCISCA CABRINI, “VETE A AMÉRICA”
Cuando Francisca Cabrini recibió el sacramento de la Confirmación, se
unió a la Iglesia de una forma más perfecta, como una verdadera testigo
de Cristo y llamada de una manera más urgente a difundir y defender
la fe con palabras y obras. Escuchó esa llamada y respondió con una
generosidad extraordinaria. Esta es su historia.
Esta mujer con espíritu nació en Italia en 1850. A temprana edad sintió
la llamada a la vida religiosa, pero ninguna congregación la aceptó a
causa de su delicada salud. A los veintisiete años, su ardor misionero la
llevó a fundar una congregación nueva, las Hermanas Misioneras del
Sagrado Corazón. A los pocos años, ella y sus hermanas habían abierto
seis orfanatos.
En 1889, obtuvo una audiencia con el Papa León XIII, durante la cual
ella le pidió que apoyase su deseo de empezar una misión en China. El
Papa León la mandó en otra dirección. Le dijo que fuese a Estados Unidos
para trabajar allí con los inmigrantes italianos.
Al poco tiempo, en la ciudad de New York, Francisca Cabrini abría
una escuela católica en la parroquia de San Gioacchino. Al año, había
recaudado el dinero suficiente para comprar los 450 acres de una
propiedad que los jesuitas tenían al otro lado del río Hudson. Allí abrió su
primer orfanato en Estados Unidos. Un poco más tarde, se dio cuenta que
los inmigrantes italianos, así como otra gente, necesitaban un hospital. Su