Capítulo 17. La Eucaristía: Fuente y Cumbre de la Vida Cristiana
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LA REVELACIÓN DE LA EUCARISTÍA
La Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana
[…] “La Eucaristía significa y realiza la comunión de
vida con Dios y la unidad del Pueblo de Dios por las que
la Iglesia es ella misma”.
—CIC, nos. 1322 y 1325, citando a la Sagrada Congregación de los Ritos,
Instrucción sobre el Culto del Misterio Eucarístico
(
Eucharisticum Mysterium
), no. 6
Los orígenes de la Eucaristía se encuentran en la Última Cena que Jesús
compartió con sus Apóstoles. “Para dejarles una prenda de este amor,
para no alejarse nunca de los suyos y hacerles partícipes de su Pascua,
instituyó la Eucaristía como memorial de su muerte y de su resurrección
y ordenó a sus apóstoles celebrarlo hasta su retorno, ‘constituyéndoles
entonces sacerdotes del Nuevo Testamento’” (CIC, no. 1337, citando el
Concilio de Trento: DS 1740).
Este misterio es tan rico que tenemos diferentes términos para
expresar su gracia salvífica: la Fracción del Pan; la Cena o Banquete
del Señor; la Asamblea Eucarística; el Memorial de la Pasión, Muerte y
Resurrección de Cristo; el Santo Sacrificio de la Misa; la Santa y Divina
Liturgia; la Liturgia Eucarística; la Sagrada Comunión; y la Santa Misa
(cf. CIC, nos. 1328-1332).
El uso del pan y el vino en el culto es algo que ya tenía lugar en
la temprana historia del Pueblo de Dios. En el Antiguo Testamento, el
pan y el vino eran vistos como dones de Dios, a quien como respuesta
se le ofrecía alabanza y gracias por estas bendiciones y por otras
manifestaciones de su cuidado y gracia. Un ejemplo de esto es la historia
de la ofrenda del pan y el vino por parte del sacerdote Melquisedec en
conmemoración de la victoria de Abrahán (cf. Gn 14:18). La temporada
de los corderos también era un tiempo para ofrecer sacrificios de corderos
para mostrar gratitud a Dios por el nuevo rebaño y por su contribución
al bienestar de la familia y de la tribu.
Estos ritos antiguos recibieron un significado histórico durante el
Éxodo del Pueblo de Dios. Fueron unidos en la Cena de Pascua como
una señal de la liberación, a manos de Dios, de la esclavitud en Egipto