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Segunda Parte. Los Sacramentos: La Fe Celebrada

vino se mantiene (el color, la forma, el peso, la composición química),

pero la verdad subyacente —es decir, la sustancia— es ahora el Cuerpo

y la Sangre de Cristo.

La Presencia Real de Jesucristo permanece en los elementos

consagrados incluso una vez que la Misa ha terminado. Una vez que se

ha distribuido la Comunión, todas las Hostias que quedan se guardan

en el tabernáculo. Si queda algo de la Preciosísima Sangre, esta se

consume reverentemente. Las Hostias se reservan para la Comunión de

los enfermos, para el

Viaticum

(la Comunión para los moribundos) y

para permitir a los fieles que adoren a Cristo en el Sacramento reservado

y que recen en su presencia. Como signo de adoración, los católicos

latinos hacen una genuflexión ante la Presencia Real de Jesucristo

en el tabernáculo, o hacen una genuflexión o se arrodillan cuando el

Santísimo Sacramento está expuesto para la oración. Los católicos

orientales muestran su reverencia con una inclinación profunda en vez

de una genuflexión. “Por eso, el sagrario debe estar colocado en un lugar

particularmente digno de la iglesia; debe estar construido de tal forma

que subraye y manifieste la verdad de la presencia real de Cristo en el

santo Sacramento” (CIC, no. 1379).

Con el paso del tiempo, la reflexión reverencial llevó a la Iglesia a

enriquecer su devoción eucarística. Fe en que Jesús está verdaderamente

presente en el Sacramento llevó a los creyentes a ofrecer culto a Cristo

que habita con nosotros permanentemente en el Sacramento. Allí donde

esté el Sacramento, allí está Cristo, quien es nuestro Señor y nuestro

Dios. Tal culto se expresa de muchas maneras: en la genuflexión, en la

adoración de la Eucaristía y en las muchas clases de devoción eucarística

que la fe ha alimentado.

La Liturgia Eucarística contiene todo el tesoro de la Iglesia, ya

que hace presente el Misterio Pascual, el acontecimiento central de la

salvación. La adoración y devoción eucarísticas fluyen de, y llevan a, la

Liturgia Eucarística, la Misa.