Capítulo 18. El Sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación
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que proviene de la muerte y Resurrección de Cristo, es el sacramento de
la Reconciliación el que es el sacramento único de la misericordia.
LAS INDULGENCIAS
Cada pecado tiene consecuencias. Perturba nuestra comunión con Dios
y la Iglesia, debilita nuestra habilidad de resistir la tentación y hiere a los
demás. La necesidad de sanar estas consecuencias, una vez que el pecado
ha sido perdonado, se llama pena temporal. La oración, el ayuno, dar
limosnas y otras obras de caridad pueden aliviar o borrar completamente
la pena temporal. A causa de la redención plena obtenida por Cristo para
nosotros, la Iglesia da a ciertas oraciones y acciones una
indulgencia
o
perdón, es decir, la remisión total o parcial de la pena temporal causada
por el pecado. Cristo, obrando a través de la Iglesia, trae la curación
de las consecuencias del pecado cuando un individuo hace uso de tal
oración o realiza tal acción.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE
1. ¿Cuál es, hoy en día, tu actitud hacia la confesión? ¿Cómo explicarías
el sacramento de la Reconciliación a gentes de otras fes?
2. ¿Cómo te pueden ayudar las Sagradas Escrituras a discernir la
realidad del pecado en el mundo? ¿Por qué confesamos nuestros
pecados a un sacerdote? ¿Por qué es necesario reconciliarse tanto
con la Iglesia como con Dios?
3. ¿Por qué crees que la gente necesita quitarse la carga del pecado y de
la culpa de sus corazones? ¿Por qué es esencial comprender la misión
de Jesucristo como el Salvador? ¿Cómo te puedes comprometer a un
proceso de conversión moral y espiritual de por vida?
ENSEÑANZAS
• La noche de Pascua Jesús se apareció a los Apóstoles, los saludó con
la paz y sopló sobre ellos diciendo: “Reciban el Espíritu Santo. A los