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Segunda Parte. Los Sacramentos: La Fe Celebrada
que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que
no se los perdonen, les quedarán sin perdonar” (Jn 20:22-23).
• “El Credo relaciona ‘el perdón de los pecados’ con la profesión
de fe en el Espíritu Santo. En efecto, Cristo resucitado confió a los
apóstoles el poder de perdonar los pecados cuando les dio el Espíritu
Santo” (CIC, no. 984).
• Los pecados cometidos antes del Bautismo son perdonados por el
Bautismo. Los pecados cometidos después del Bautismo son perdo-
nados con el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, también
llamado sacramento del Perdón, de la Confesión y de la Conversión.
• El pecado daña nuestra relación con Dios y con los demás, y nuestra
dignidad humana. La fe nos revela la fuerza destructiva del pecado
en nuestras vidas y en el mundo.
• El camino de regreso a Dios tras pecar es un proceso de conversión
iniciado por su gracia. El regreso a Dios incluye el dolor por haber
pecado y la decisión de no volver a pecar.
• En el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, los actos del
penitente son la contrición, la confesión y la satisfacción. El acto del
sacerdote es la absolución de los pecados del penitente.
• La contrición perfecta surge del amor a Dios; la contrición imperfecta
surge por otros motivos.
• El penitente, tras el examen de conciencia, necesita confesar todos
los pecados mortales. Aunque no es necesario confesar los pecados
veniales, la Iglesia recomienda vivamente esta práctica.
• El sacerdote impone una penitencia al penitente para reparar el daño
causado por el pecado y para restaurar el compromiso del penitente
a ser discípulo de Cristo.
• La confesión individual de los pecados graves, según su tipo y
número de veces cometido, es la única manera ordinaria de recibir
la absolución y reconciliación con Dios y con la Iglesia.
• Los efectos del sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación
incluyen la reconciliación con Dios y con la Iglesia, la paz de la
conciencia y el consuelo espiritual, la remisión de la pena eterna
causada por el pecado mortal así como penas temporales de algún