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4 • Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada

Ahora ella necesitaba ganarse la vida y proveer para su familia.Quería

abrir una escuela. Recibió una invitación del Obispo John Carroll para abrir

una escuela para niñas cerca del seminario de Saint Mary, en la calle Paca

de Baltimore. Esta se convirtió en los cimientos de una trayectoria que la

llevaría a convertirse en la fundadora de las Hermanas de la Caridad

Americanas,y que asentaría las bases para el sistema de escuelas católicas

de Estados Unidos. Ella ofrecía una educación gratuita a los pobres, a

la vez que aceptaba dinero de aquellos que podían permitirse pagar

la matrícula.

Cecilia O’Conway de Philadelphia se sumó a sus esfuerzos. Hablaron

de empezar una congregación religiosa para asegurar el futuro de su

ministerio. El Obispo Carroll apoyó la idea. En poco tiempo, su sueño se

había convertido en realidad. Se compró una propiedad en Emmitsburg,

Maryland. Otras mujeres se unieron a Elizabeth y Cecilia, y juntas formaron

el núcleo de una nueva comunidad. La Madre Seton —como ahora se

la conocía— fundó orfanatos en Philadelphia y New York. Sus sucesoras

llegaron a fundar una sorprendente variedad de servicios caritativos.

La Madre Seton no descuidó a sus propios hijos. Las hijas fueron

educadas en su escuela. Los hijos recibieron su educación en Georgetown

College.Animó a su hijo William a que se hiciese banquero. Sin embargo, él

decidió hacerse marino mercante. Finalmente él se asentó, se casó y tuvo

dos hijos, uno de los cuales más tarde sería nombrado arzobispo.

Elizabeth Ann Seton murió en 1821 a la edad de cuarenta y seis años

y fue canonizada en 1975, convirtiéndose en la primera santa nacida en

Norte América. Su fiesta se celebra el 4 de enero.

Santa Elizabeth Seton y su camino de fe nos muestran la realidad de

que en todos nosotros existe el deseo de conocer a Dios y de acercarnos

cada vez más a Él. La historia de cómo ella respondió a ese deseo es una

introducción apropiada para nuestra primera lección sobre el deseo de

Dios y nuestra capacidad de Dios.

EL DESEO UNIVERSAL DE DIOS

El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre,

porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios.

—CIC, no. 27