Capítulo 19. La Unción de los Enfermos y de los Moribundos
• 275
expresa confianza en el divino pastor que es tan necesitado cuando uno
enferma. “El Señor es mi Pastor, nada me falta” (v. 1).
“En verdes praderas me hace recostar” (v. 2). Un pastor lleva a sus
ovejas primero al pasto áspero, luego a la hierba más suave y, por último, a
la mejor hierba de las verdes praderas para que descansen. Jesús está con los
enfermos a lo largo de sus momentos difíciles, y los guía a una aceptación
pacífica de su situación y a una experiencia de descanso del alma.
“Me conduce hacia fuentes tranquilas” (v. 2). Los riachuelos que
corren ponen nerviosas a las ovejas. El pastor a menudo construye albercas
de agua tranquila donde las ovejas puedan quitarse la sed. La enfermedad
interrumpe el ritmo corrido de la vida, pero aún así existe la necesidad de
calmarse. Jesús lleva a los pacientes una tranquilidad interna que permite
al creyente beber de la fuente renovadora de su amor.
“Aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo, porque tú vas
conmigo: / tu vara y tu cayado me sosiegan” (v. 4). En busca de mejores
praderas, el pastor a veces guía a las ovejas por valles peligrosos. Las
ovejas pueden caerse en un agujero. El pastor usa la parte curva superior
de su cayado para cuidadosamente sacarlas y ponerlas a seguro. Los
perros salvajes y los lobos pueden atacar el rebaño. El pastor usa la
punta de su cayado para matarlos o para alejarlos. Jesús sabe que la
gente que sufre se encuentran en sus propios valles oscuros. Jesús está con
ellos para eliminar sus miedos y despertar sus esperanzas. Hay ocasiones
cuando Jesús elimina las enfermedades que amenazan a la vida mediante
sus ministros por el sacramento de la Unción de los Enfermos.
“Preparas una mesa ante mí, / […] me unges la cabeza con perfume, y
mi copa rebosa” (v. 5). En algunas praderas hay tanta hierba áspera que
el pastor se ve obligado a recoger él mismo la hierba tierna y a colocarla
sobre piedras planas, como si fueran mesas, para que las ovejas coman de
ellas. Jesús mismo es el Pan de Vida que viene a sus amigos doloridos. La
Comunión para los enfermos es uno de los dones consoladores de Jesús.
Cuando las ovejas tienen heridas causadas por las espinas, el pastor las
unge con aceite. Cuando tienen fiebre, el pastor les baña la cabeza con
agua fresca. Con el óleo santo, Jesús unge a los enfermos.
“Habitaré en la casa del Señor / por años sin término” (v. 6). El
pastor sabe que las ovejas lo necesitan para que proteja su refugio. Jesús