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Capítulo 22. Sacramentales y Devociones Populares

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La popularidad del rosario se ha atribuido a Santo Domingo de

Guzmán y a la Orden Dominica. Creció del deseo de los laicos de tener

150 oraciones que reflejaran los 150 salmos que cantaban los monjes

en los monasterios. En 1569, San Pío V recomendó oficialmente el rezo

“de 150 salutaciones angélicas […] con la oración del Señor cada diez

[…] mientras se medita sobre los misterios que recuerdan toda la vida de

nuestro Señor Jesucristo” (v.d.t.).

El rosario es una oración con base en las Sagradas Escrituras.

Comienza con el Símbolo, o Credo, de los Apóstoles, el cual es en sí

mismo un resumen de los grandes misterios de la fe católica, basado en

las Sagradas Escrituras, desde la creación, pasando por la redención,

hasta la Resurrección del cuerpo y la vida futura. El Padrenuestro, que

introduce cada misterio, está tomado de los Evangelios. La primera parte

del Ave María está compuesta por versículos del Evangelio de Lucas

(1:29 y 1:42), las palabras del ángel anunciando el nacimiento de Cristo

y el saludo de Isabel a María. San Pío V añadió oficialmente la segunda

parte del Ave María.

Los Misterios del rosario se centran en los acontecimientos de la

vida de Cristo. Los Misterios Gozosos, que recuerdan aspectos de la

Encarnación, son la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento de Jesús,

la Presentación de Jesús en el Templo y el Niño Jesús Perdido y Hallado

en el Templo. Los Misterios Dolorosos, que se enfocan en el sufrimiento

o muerte de Cristo, son la Oración de Jesús en el Huerto, la Flagelación

del Señor, la Coronación de espinas, Jesús con la Cruz a cuestas camino

del Calvario y la Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor. Los Misterios

Gloriosos son la Resurrección del Hijo de Dios, la Ascensión del Señor a

los Cielos, la Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, la Asunción

de Nuestra Señora a los Cielos y la Coronación de la Santísima Virgen

como Reina de Cielos y Tierra. En octubre del 2002, el Papa Juan Pablo

II promulgó la

Carta Apostólica sobre el Santo Rosario

(

Rosarium

Virginis Mariae

; RVM). En la carta, el Santo Padre añadió cinco misterios

adicionales a los que denominó Misterios Luminosos: el Bautismo de

Jesús en el Jordán, la autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná, el

anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión, la Transfiguración

y la Institución de la Eucaristía.