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Tercera Parte. La Moralidad Cristiana: La Fe Vivida
La vida moral requiere de la gracia. El
Catecismo
habla de esto en
términos de la vida en Cristo y la presencia interior del Espíritu Santo,
iluminando activamente nuestra brújula moral y suministrándonos la
fortaleza espiritual para hacer lo que es correcto. La gracia que recibimos
de Cristo en el Espíritu es tan esencial como el amor y las reglas y, de
hecho, hace posible el amor y el obedecer las reglas.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE
1. ¿Cuál es la fuente del amor necesario para una vida moral? Algunos
conceptos actuales de la palabra
amor
se refieren a comportamientos
que de hecho son contrarios al verdadero significado del amor.
¿Cuáles son algunos ejemplos de esto?
2. ¿Por qué necesitamos los Diez Mandamientos, las Bienaventuran-
zas y otras reglas para ser morales? ¿Qué sucede cuando depende-
mos sin amor de los Diez Mandamientos y de otras reglas? ¿Puedes
nombrar a alguien que sea un modelo porque vive los Diez Manda-
mientos, las Bienaventuranzas y otras reglas en la vida real de una
forma amorosa?
3. ¿Cuáles son las formas o maneras mediante las cuales una persona
forma su conciencia? ¿Cuál es la función de la Iglesia en la formación
de la conciencia?
ENSEÑANZAS
• Cada persona tiene la dignidad de haber sido creada a imagen de
Dios. El creador nos ha dado un alma inmortal y nos ha hecho
capaces de comprender el orden de las cosas establecido por Él. Dios
nos ha dado la libertad para buscar y amar aquello que es verdadero,
bueno y bello.
• A causa de la Caída, también sufrimos el efecto del Pecado Original,
el cual oscurece nuestras mentes, debilita nuestra voluntad y nos
inclina hacia el pecado. El Bautismo nos libera del Pecado Original
pero no de sus efectos, especialmente la inclinación hacia el pecado,
la concupiscencia.