Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  37 / 706 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 37 / 706 Next Page
Page Background

Capítulo 1. Mi Alma Te Busca a Ti, Dios Mío • 11

¡Tarde Te amé, Hermosura tan antigua, siempre nueva, tarde

Te amé! [...] Las cosas creadas me mantenían lejos de Ti; y sin

embargo, si no hubiesen estado en Ti, no habrían existido. [Oh,

verdad eterna, verdadero amor y amada eternidad. Tú eres mi

Dios. Por Ti suspiro día y noche.] […] Tú estabas conmigo pero

yo no estaba contigo. Las cosas creadas me mantenían lejos de

Ti; sin embargo, si no hubiesen estado en Ti, no habrían existido.

Me llamaste, me gritaste y rompiste mi sordera. Tú brillaste,

Tú resplandeciste y disipaste mi ceguera. Soplaste Tu fragancia

sobre mí. Respiré y ahora jadeo por Ti. Te he saboreado, y ahora

tengo hambre y sed de más. Me tocaste, y ardo por Tu paz.

—San Agustín,

Las Confesiones

, lib. 10, cap. 26, 27.37 (v.d.t.)

ORACIÓN

Como busca la cierva

corrientes de agua,

así mi alma te busca

a ti, Dios mío;

tiene Sed de Dios,

del Dios vivo:

¿cuándo entraré a ver

el rostro de Dios?

Las lágrimas son mi pan

noche y día.

Mientras todo el día me repiten:

“¿Dónde está tu Dios?”

Recuerdo otros tiempos,

y desahogo mi alma conmigo:

cómo marchaba a la cabeza del grupo,

hacia la casa de Dios,

entre cantos de júbilo y alabanza,

en el bullicio de la fiesta.

¿Por qué te acongojas, alma mía,