12 • Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada
por qué te me turbas?
Espera en Dios que volverás a alabarlo:
“Salud de mi rostro, Dios mío”.
—Sal 41:2-7a
•
Dios nos ama a cada uno de nosotros como si solo existiese
uno de nosotros al que amar.
—San Agustín (v.d.t.)