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Tercera Parte. La Moralidad Cristiana: La Fe Vivida
casos, los emperadores y reyes eran considerados divinos, y se esperaba
que los adorasen.
A Israel se le prohibió realizar imágenes de Dios: “No se perviertan
haciéndose imágenes talladas de cualquier forma que sea” (Dt 4:16).
Este mandato en contra de “imágenes” estaba basado en la convicción
de que Dios es mayor y más misterioso que cualquier representación
artística de Él. También prevenía a Israel de tallar ídolos como lo hacían
los paganos y caer en la idolatría. Pero el pueblo de Israel podía realizar
imágenes que apuntaran simbólicamente hacia la salvación por el Mesías,
como la serpiente de bronce, el Arca de la Alianza y los querubines
(cf. CIC, no. 2130).
A los cristianos, sin embargo, se les ha permitido crear arte
religioso. La veneración de iconos —imágenes religiosas de Cristo, de
la Virgen María, de los ángeles y de los santos— fue ratificada por el
séptimo Concilio Ecuménico de Nicea (787 d.C.), en oposición a los
iconoclastas —aquellos que rechazaban el uso de imágenes religiosas
como las estatuas, las pinturas y los mosaicos. El hecho de que, con
la Encarnación, Cristo tomó la naturaleza humana proveyó las bases
para la tradición de la Iglesia que dice que las imágenes artísticas, tales
como los iconos, pueden retratar misterios de la salvación. Quien venere
una imagen sagrada venera a la persona retratada. Esta veneración
de la Virgen María y de los santos —y de sus imágenes— difiere de la
adoración que solo pertenece a Dios.
Hoy en día, la idolatría ha emergido de nuevas maneras, cuando se
le da un valor absoluto a algo creado. Ejemplos de cuando esto sucede
incluyen el poder, el dinero, el materialismo y los deportes. También,
aquellos que acuden a la astrología, la lectura de manos y la interpretación
de augurios mediante médiums, clarividentes y otras personas que dicen
controlar el tiempo y la historia han debilitado su fe en Dios, caen en la
superstición y a veces en el pecado. Aquellos que están involucrados en
las sectas o en el ocultismo (por ejemplo, magia, brujería, Satanismo)
se ponen a disposición de influencias malvadas, minan su fe en el Dios
verdadero y cometen pecado.
Algunos individuos contemporáneos recurren a la espiritualidad
“New Age”. Esta espiritualidad no tiene bases doctrinales, pero refleja