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Tercera Parte. La Moralidad Cristiana: La Fe Vivida
ENSEÑANZAS
• “Yo soy el Señor, tu Dios […] No tendrás otros dioses fuera de mí
[…] Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma
y con toda tu mente” (Ex 20:2-3; Dt 6:5).
• La invitación positiva del Primer Mandamiento nos llama a practicar
las Virtudes Teologales de la fe, esperanza y caridad, creyendo
en Dios, esperando en Él y amándolo, y por nuestra voluntad de
adorar a la Santísima Trinidad. Las Virtudes Teologales se refieren
directamente al Dios vivo.
• “Adorar a Dios, orar a El, ofrecerle el culto que le corresponde,
cumplir las promesas y los votos que se le han hecho, son todos
ellos actos de la virtud de la religión que constituyen la obediencia al
primer mandamiento” (CIC, no. 2135).
• Basándonos en nuestra fe en la Encarnación de Cristo, veneramos
imágenes de Cristo, de la Virgen María, de los ángeles y los santos.
No ofrecemos culto a estas imágenes en sí, pero al venerar la imagen,
veneramos la persona retratada —Jesucristo, la Virgen María, un
santo o un ángel. Esto a su vez nos puede llevar a una contemplación
más profunda de Dios mismo.
• El Primer Mandamiento prohíbe la idolatría, que es ofrecer culto a
una criatura o un objeto.
• Otros pecados contra el Primer Mandamiento incluyen: tentar a
Dios, que significa que ponemos a prueba su poder como lo hizo
Satanás con Jesús con las tentaciones en el desierto; el sacrilegio, que
significa tratar sin respeto a personas, lugares u objetos consagrados
a Dios, sobre todo la Eucaristía, y la simonía, que es la compra o
venta de cosas espirituales.
• “El ateísmo, en cuanto niega o rechaza la existencia de Dios, es un
pecado contra el primer mandamiento” (CIC, no. 2140).
• En el núcleo de nuestra fe se encuentra nuestro asentimiento de
mente y voluntad a todo lo que Dios revela, a todo lo que la Iglesia