Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  414 / 706 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 414 / 706 Next Page
Page Background

388 •

Tercera Parte. La Moralidad Cristiana: La Fe Vivida

¿POR QUÉ IR A LA IGLESIA LOS DOMINGOS?

Esta profunda relación del domingo con la resurrección

del Señor es puesta de relieve con fuerza por todas

las Iglesias, tanto en Occidente como en Oriente. En

la tradición de las Iglesias orientales, en particular,

cada domingo es la

anastásimos heméra

, el día de la

resurrección, y precisamente por ello es el centro de

todo el culto.

—Papa Juan Pablo II,

Sobre la Santificación del Domingo

(

Dies Domini

; DD), no. 19

Aunque el domingo es el primer día de la semana, también se le llama el

“octavo día” —un día que significa la eternidad. El domingo lleva a la

plenitud y completa al sábado porque anticipa nuestro eterno descanso

en Dios. El sábado recordaba la primera creación. El domingo recuerda

la nueva creación en Cristo y en el Espíritu.

El núcleo del domingo es la celebración de la Sagrada Eucaristía. La

práctica de celebrar la Eucaristía el domingo se remonta a los primeros

tiempos del cristianismo. Por ejemplo, San Justino Mártir (100-165

d.C.) escribió lo siguiente: “Nos reunimos todos el día del sol porque

es el primer día (después del sábado judío, pero también el primer día),

en que Dios, sacando la materia de las tinieblas, creó al mundo; ese

mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos” (I

Apologiae

67; cf. PG 6, 429 y 432; cf. CIC, no. 2174). Con la celebración

dominical de la Eucaristía, los fieles católicos cumplen tanto el Tercer

Mandamiento de “santificar el día del Señor”, como las palabras de

Jesús a sus discípulos durante la Última Cena: “Hagan esto en memoria

mía” (Lc 22:19).

El Tercer Mandamiento ha sido concretado para los católicos en uno

de los Mandamientos de la Iglesia.

Desde el momento en que participar en la Misa es una

obligación para los fieles, si no hay un impedimento grave, los

Pastores tienen el correspondiente deber de ofrecer a todos la

posibilidad efectiva de cumplir el precepto […] Sin embargo,