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Tercera Parte. La Moralidad Cristiana: La Fe Vivida

es una mujer laica consagrada. Stefania, quien fuese la Hermana María

Cecilia, monja benedictina de clausura, murió en 1963.

Los Quattrocchis eran una familia de clase media, cuyo hogar

era un lugar acogedor que incluso amparó a refugiados durante la

Segunda Guerra Mundial.

Laparejapasópor unacrisisen1913,cuandoMaríaquedóembarazada.

Los doctores le dijeron que no sobreviviría el embarazo y que el bebé

también moriría. Le dijeron que un aborto podría salvarle la vida. María

y Luigi sabían que si seguían el consejo de los médicos, serian culpables

de un grave pecado. Ellos simplemente pusieron su confianza bajo la

protección de Dios. María finalmente dio a luz a Enrichetta sin incidentes.

Toda esta experiencia llevó a la familia a un nuevo nivel de vivir su fe y de

confiar en Dios.

En la homilía de beatificación de esta pareja, el Papa Juan Pablo II

citó esta pregunta de Jesús: “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿Creen

que encontrará fe sobre la tierra?” (Lc 18:8). El Papa dijo que Luigi y María

eran ejemplo de una respuesta positiva a la pregunta de Cristo. El marido

y la mujer vivieron durante la primera mitad del siglo XX, un período de

tiempo durante el cual la fe era seriamente desafiada. En este contexto,

ellos siempre dijeron “sí” a Cristo.

A lo largo de esos años difíciles,Luigi y Mariamantuvieron la lámpara de

la fe prendida y la pasaron a sus cuatro hijos. Reconociendo la presencia

de tres de ellos en la beatificación, el Papa citó una frase que su madre

había escrito sobre ellos: “Los criamos en la fe, para que ellos puedan

conocer y amar a Dios”.

La beatificación tuvo lugar en el vigésimo aniversario de la publicación

del documento del Papa Juan Pablo II titulado

Sobre la Misión de la Familia

Cristiana en el Mundo Actual

(

Familiaris Consortio

; FC). Este documento

pide a las parejas que sigan el camino de la santidad en virtud de la

gracia sacramental que “no se agota en la celebración del sacramento

del matrimonio, sino que acompaña a los cónyuges a lo largo de toda su

existencia” (FC, no. 56).

El Beato Luigi y la Beata María anduvieron ese camino de santidad a la

luz del Evangelio y de una forma profundamente humana. Su hijo, el Padre

Tarcisio, recordó que “el aspecto que caracterizó a nuestra vida familiar

era la atmósfera de normalidad que crearon nuestros padres al buscar

constantemente los valores espirituales”.

No hay familia que no tenga su dosis de desilusiones y adversidades.

Muchas de ellas son tentadas a desanimarse. Las hay que afrontan la