Capítulo 29. El Quinto Mandamiento: Promueve la Cultura de la Vida
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Como arzobispo de laCiudad de NewYork,el Cardenal John O’Connor
destacó en su apoyo a la causa para la canonización que Dorothy Day
“anticipó las enseñanzas de Juan Pablo II” con su inflexible devoción tanto
a la Iglesia como a la causa de la justicia social. El Cardenal dijo que la
consideraba un modelo para todos,“pero especialmente para las mujeres
que han tenido o están considerando tener un aborto”.
La vida de Dorothy Day estuvo dedicada a buscar la santidad, a
defender la vida y a promover la justicia social y la paz. Al valorar la vida
humana,Dorothyacabó rechazando laviolenciadel abortoyaborreciendo
la guerra y atacando la pobreza. Su historia parece muy apropiada para
nuestra reflexión sobre el Quinto Mandamiento.
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RESPETAR LA VIDA HUMANA
“La vida humana es sagrada, porque desde su inicio es
fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre
en una especial relación con el Creador, su único fin.
Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta
su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede
atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser
humano inocente”.
—CIC, no. 2258; citando
Sobre el Respeto de la Vida Humana Naciente y
la Dignidad de la Procreación
(
Donum Vitae
), no. 5
La acción creativa de Dios está presente en cada vida humana y por
eso es la fuente de su valor sagrado. Toda vida humana permanece en
relación con Dios, quien es el destino final de todo hombre y mujer.
El Quinto Mandamiento nos llama a fomentar el bienestar físico,
espiritual, emocional y social propio y de los demás. Por esta razón
prohíbe el homicidio, el aborto, la eutanasia y cualquier acto que
amenaza la vida. Estamos llamados a crear una cultura de vida y a luchar
en contra de la cultura de la muerte. Esto nos presenta tres retos: