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Tercera Parte. La Moralidad Cristiana: La Fe Vivida
Las hermanas comenzaron sus obras de misericordia y de evange
lización. Visitaban a los enfermos, cuidaban de los nativos americanos
que habían sido desplazados por la guerra, atendían a los huérfanos y
educaban a gente joven.LaMadre Joseph fundó la academia Providence,
la primera escuela permanente en el noroeste del país, y abrió el hospital
Saint Joseph, un hospital de cuatro camas y el primer hospital permanente
del noroeste.
Construir hospitales y escuelas requería dinero y la Madre Joseph
demostró ser una excelente recaudadora de fondos. Viajaba durante
meses por los campamentos mineros mendigando fondos. A menudo
regresaba con hasta cinco mil dólares en efectivo. Recaudar fondos era
difícil, pero lo era aún más para la Madre Joseph, quien tenía que soportar
inviernos duros y mantener alejados a lobos y bandidos.
Cuando se suman todas las obras de la Madre Jospeh, estas incluyen
la construcción de hospitales, orfanatos, escuelas, hogares para los ancia
nos y para enfermos mentales, en los estados de Washington, Oregon,
Idaho y Montana.
El SéptimoMandamiento no solo seocupade temas sobre lapropiedad
y el robo, sino también de cuestiones de justicia social y de la dignidad
humana. La vida de la Madre Joseph ilustra este Mandamiento porque
fue una vida dedicada a los derechos básicos, económicos y sociales de
los individuos. Trató a toda la gente con dignidad, justicia y misericordia,
abriendo todas sus instituciones a quien las pudiese necesitar. La Madre
Joseph murió de cáncer en 1902, en Vancouver,Washington.
En 1980, el Senado de Estados Unidos aceptó una estatua suya, un
regalo del estado de Washington, para incluirla en la colección de la Sala
Nacional de las Estatuas. La inscripción en la estatua dice: “Ella contribuyó
monumentalmente al cuidado sanitario, la educación y el trabajo social
del noroeste”. Hoy en día su legado continúa vivo en la misión de las
Hermanas de la Providencia, que tienen su sede en Seattle,Washington.
Sus últimas palabras a los miembros de su comunidad religiosa
fueron: “Hermanas, todo lo que concierne a los pobres nos concernirá a
nosotras siempre”.
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Su ejemplo nos ayuda a entender mejor cómo vivir el
Séptimo Mandamiento.
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16 Citado en Eugene F. Hemrick,
One Nation Under God
(Huntington, IN: Our Sunday
Visitor, 2001), 72-74 (v.d.t.).