Capítulo 31. El Séptimo Mandamiento: No Robes — Actúa con Justicia
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RESPETA A LA GENTE Y SUS POSESIONES
El séptimo mandamiento prohíbe el robo. El robo es la
usurpación del bien ajeno contra la voluntad razonable de
su dueño. Toda manera de tomar y de usar injustamente
un bien ajeno es contraria al séptimo mandamiento.
La injusticia cometida exige reparación. La justicia
conmutativa impone la restitución del bien robado.
—CIC, nos. 2453-2454
El Séptimo Mandamiento prohíbe robar, que significa tomar el dinero o
los bienes de alguien “contra la voluntad razonable de su dueño”. Robar
se refiere también a acciones como la malversación de fondos, robo
por computadora, dinero falso, fraude, robo de identidad, violaciones
de derechos de autor (incluyendo piratear productos como música o
programas de computación) y fraude postal.
Para guardar este Mandamiento, necesitamos adquirir las virtudes
de la moderación en cuanto a nuestras posesiones, de la justicia en
nuestro trato a los demás, del respeto por la dignidad humana y de la
solidaridad con todas las gentes. La moderación contiene nuestro apego
a los bienes materiales y frena nuestro apetito consumista. La justicia nos
ayuda a respetar los derechos de nuestro prójimo y a interesarnos por su
bienestar. La solidaridad nos abre los corazones para identificarnos con
toda la familia humana, recordándonos nuestra humanidad común.
No deberíamos robar a los demás, ni pagar salarios injustos, ni
engañar en los negocios, ni explotar las debilidades de los demás para
conseguir dinero. Las promesas se deben mantener y los contratos se
deben cumplir siempre y cuando los compromisos adquiridos sean
moralmente justos (cf. CIC, no. 2410). Tenemos que proteger los derechos
de la propiedad, pagar nuestras deudas y cumplir las obligaciones en las
que hayamos incurrido voluntariamente. El gobierno tiene el derecho
y el deber de proteger la propiedad legítima de dinero y bienes y de
proteger a la gente del robo y las lesiones.