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Tercera Parte. La Moralidad Cristiana: La Fe Vivida

modesta se viste, habla y actúa de una manera que apoya y promueve

la pureza y la castidad, y no de una manera que tienta o promueve un

comportamiento sexual pecaminoso. La modestia protege el misterio de

la persona para evitar explotar a otros. Esta actitud inculca en nosotros

la paciencia y la reserva que necesitamos para evitar un comportamiento

que desdiga. Las relaciones modestas reflejan la conexión entre el estado

matrimonial y el comportamiento sexual. Un comportamiento modesto

respeta los límites de la intimidad que están asentados en nuestra

naturaleza por la ley natural y los principios del comportamiento sexual

expuestos en la Revelación Divina. La modestia asegura y apoya la

pureza de corazón, un don que nos ayuda a ver el designio de Dios para

las relaciones personales, sexuales y matrimoniales.

Recuperando la Modestia

El pudor protege el misterio de las personas y de su amor.

Invita a la paciencia y a la moderación en la relación

amorosa […] inspira la elección de la vestimenta.

Mantiene silencio o reserva donde se adivina el riesgo

de una curiosidad malsana; se convierte en discreción.

—CIC, no. 2522

Necesitamos mantener nuestra preocupación por vivir una vida casta

devotamente en nuestros corazones. La fe es la fundación adecuada para

la búsqueda de un corazón puro. Crecer en modestia requiere el apoyo

amoroso de la familia y de las amistades, así como consejos sabios y la

práctica de las virtudes.

Es difícil mantener una actitud de modestia en una cultura que

aprecia la permisividad sexual. Un sinnúmero de invitaciones a la

satisfacción erótica nos asaltan diariamente desde los principales medios

de comunicación. Este entorno de indecencia nos desafía a todas las

personas de fe a tomar una decisión y a ser testigos de la modestia como

una forma de vida y como un método para sanar una cultura que se ha

desviado del designio de Dios para la sexualidad y el matrimonio.

Aquellos que han aceptado esta propuesta de la cultura permisiva

han sido persuadidos a creer que la libertad es el derecho a hacer lo que

queramos y no lo que deberíamos hacer. En los principios del cristianismo,