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Tercera Parte. La Moralidad Cristiana: La Fe Vivida
los recursos de la Iglesia misma y de la sociedad civil para hacer posible
compartir las bendiciones de Dios y los bienes sociales con los demás.
Los miembros de la Iglesia hacen esto mediante su propia generosidad al
hacer uso de su tiempo, talentos y tesoros con los demás. Tal generosidad
brota de corazones agradecidos a Dios, por su generosidad al crearnos
y salvarnos.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE
1. Aunque es necesario adquirir bienes materiales para el cuidado y
bienestar de nuestras familias, hay corrientes que nos presionan a
apegarnos demasiado a la riqueza material. ¿Cómo contribuyen los
medios de comunicación a esto? ¿Qué papel juega la envidia en esta
corriente que nos lleva hacia el amor del dinero?
2. ¿Qué hábitos has desarrollado para que te ayuden a desprenderte de
forma sana de los bienes materiales? ¿Cómo podría tu generosidad
responder a esta tendencia a estar apegados a los bienes materiales?
3. ¿Qué necesitas hacer como un corresponsable cristiano?
ENSEÑANZAS
• “El décimo mandamiento desdobla y completa el noveno, que versa
sobre la concupiscencia de la carne. Prohíbe la codicia del bien ajeno,
raíz del robo, de la rapiña y del fraude, prohibidos por el séptimo
mandamiento […] El décimo mandamiento se refiere a la intención
del corazón” (CIC, no. 2534).
• “Porque donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón”
(Mt 6:21).
• La envidia es una actitud de tristeza al ver la prosperidad de otra
persona. También puede crear un deseo desordenado a querer
adquirir tales bienes, incluso de manera injusta. La envidia estrangula
el corazón y atenúa el amor. Por esta razón, la envidia se considera
un Pecado Capital.