Capítulo 35. Dios Nos Llama a Orar
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oración. Un ejemplo es el de Ana, una mujer santa, que deseaba tener un
hijo. Año tras año, ella realizaba un peregrinaje a Silo, donde le rezaba al
Señor y a quién le hizo un voto: si Él le daba un hijo, ella le dedicaría ese
hijo a Dios. El Señor respondió a su oración, y ella concibió y dio a luz a
un hijo, a quien le dio el nombre de Samuel. El se convirtió en un profeta
y en uno de los jueces, un líder religioso del pueblo de Dios. Su canción
de gozo al dedicarle a Dios su hijo es un cántico de alabanza.
Mi corazón se alegra en el Señor
[…]
Él es quien empobrece y enriquece,
quien abate y encumbra.
El levanta del polvo al humillado,
al oprimido saca de su oprobio […]
Porque del Señor son las columnas de la tierra. (1 Sm 2:1, 7-8)
Ejemplos de Oración
El pueblo de Dios aprendió cómo rezar en el santuario de la presencia
de Dios, ante el Arca de la Alianza en el templo. Dios eligió a sacerdotes,
reyes y profetas para que dirigieran al pueblo en oración. La gente
asimiló las actitudes orantes de asombro, maravilla y adoración de
Dios durante las celebraciones de las diferentes fiestas y liturgias. Los
libros de los Profetas en particular los muestran alabando a Dios en
la oración, buscando su ayuda y clamándole en tiempos de oposición
y persecución.
El libro de Ester es la historia de una mujer de fe que fue un ejemplo
para su gente de la importancia de depender de Dios en la oración. Un
importante funcionario del imperio persa conspiró para destruir en un
solo día a todos los judíos del imperio. En esa misma época, una mujer
judía, Ester, era la reina. Ella pidió la ayuda de Dios rezando: “Ayúdame
porque estoy sola y no tengo más protector que a ti” (Est C:14).
Con valentía, ella le explicó a su marido, el rey, la conjura:
“Concédeme la vida: ésa es mi petición; mi vida y la de mi pueblo; ése es
mi deseo” (Est 7:3). Él escuchó su petición, canceló la masacre y ejecutó
al funcionario. La gente alabó a Dios porque su tristeza había cambiado
a ser alegría.