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Cuarta Parte. La Oración: La Fe Orada

Las acciones de Ester son recordadas con la fiesta anual judía de

Purim. La fiesta celebra el cuidado providencial que Dios mostró a su

pueblo como respuesta a las oraciones de la Reina Ester.

Los Salmos: Oraciones de la Congregación

Poetas como el Rey David y muchos otros autores santos compusieron

a lo largo de los años la obra maestra de la oración que conocemos

como los Salmos. Estas incomparables oraciones alimentaron al pueblo,

tanto individual como comunitariamente. Los salmos abarcan cada

época de la historia, mientras que a la vez tienen raíces en cada momento

del tiempo. Se cantaban en el Templo, en las sinagogas, en entornos

familiares, durante peregrinajes, y en la soledad de la oración personal.

Formaron la base de la oración de Jesús y, como tal, se pueden usar para

que nos sumerjan también en la oración de Jesús. Los salmos forman

parte de cada celebración de la Misa. También forman el núcleo y alma

de la Liturgia de las Horas, la oración pública diaria de la Iglesia, la cual

prolonga la celebración Eucarística y alaba a Dios.

El Cántico de Judit pertenece al género literario de los salmos y

conmemora la viva historia de cómo Dios salvó a su pueblo mediante el

liderazgo de la valiente Judit. El libro de Judit cita su ejemplo como una

forma de ayudar al pueblo de Dios a confiar en la presencia divina entre

ellos. A pesar de todos los problemas que el antiguo pueblo de Israel tuvo

que afrontar, confiaron en Dios como el Señor de la historia.

El libro describe cómo el ejército asirio había rodeado al pueblo judío.

Judit organizó un exitoso plan para derrotar a los asirios. El énfasis en la

narrativa recae en la intervención de Dios para salvar a su pueblo. Judit

guió a su gente en una oración de alabanza que tiene muchas características

de los Salmos y que era para ser rezada por toda la asamblea:

Entonen un canto a mi Dios con tamboriles,

canten al Señor con címbalos […]

Cantaré a mi Dios un canto nuevo:

¡Señor, tú eres grande y glorioso,

admirable por tu poder e invencible!

Que te sirvan todas las criaturas,

porque tú lo dijiste y fueron hechas. (Jdt 16:1, 13-14)