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Capítulo 35. Dios Nos Llama a Orar

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proviene de la narración, en el Evangelio de Lucas, de la anunciación

del Ángel Gabriel a la Virgen María en la que le dice que ella ha sido

llamada a ser la Madre del Hijo de Dios (Lc 1:25-56). La segunda mitad

es una oración intercesora desarrollada en la tradición de la Iglesia.

• “Dios te salve María, llena eres de gracia”. Este es el saludo que

el Ángel Gabriel dio a María de Nazaret. Gabriel proclama que la

Virgen María está llena de gracia, queriendo decir que es una mujer

sin pecado, bendita con una profunda unión con Dios, quien ha

venido para habitar en ella.

• “El Señor es contigo”. La Virgen María ha sido elegida por Dios

para este gran privilegio. Él está con ella, habiéndola preservado ya

del pecado y llenándola de gracia. Esto no quiere decir que María

estuviese privada de su libertad. Ella vive en una amistad agraciada

con Dios y libremente le ofrece su corazón íntegro.

• “Bendita tú eres entre todas las mujeres”. Este es el saludo que la

Virgen María recibió de su prima Isabel cuando la Virgen María fue

a visitarla y a ayudarla con el nacimiento de su futuro hijo (Lc 1:42).

Como ponen de relieve las Sagradas Escrituras, María tiene una

posición especial entre todas aquellas personas que Dios ha elegido

a lo largo de la historia de salvación. La Virgen María es la mujer

más digna del mundo.

• “Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”. Esta es otra bienaventuranza

o bendición dicha por Isabel, quien dijo estas palabras después que

su hijo, Juan el Bautista, saltara en su vientre al escuchar el saludo de

la Virgen María. Isabel es inspirada por el Espíritu Santo a bendecir

a la Virgen María por haber creído el mensaje de Gabriel. Isabel

reconoce la presencia de Dios en el vientre de la Virgen María:

“¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?” (Lc

1:43). Esta es la primera vez en las Sagradas Escrituras que la fe de

la Virgen María es alabada.

• “Santa María, Madre de Dios”. En algún momento durante la Edad

Media, la segunda mitad del Ave María, que comienza invocando

su título como Madre de Dios, fue compuesta. Este título proviene

de los primeros tiempos de la fe cristiana. La Virgen María es la