Capítulo 35. Dios Nos Llama a Orar
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Los obispos y los párrocos continúan poniendo énfasis en la
centralidad de la liturgia en la vida de oración católica, a la vez que
apoyan fuertemente el amplio abanico de oración personal, piedad y
meditación. También ofrecen constantes recordatorios sobre la relación
entre la liturgia, otras formas de oración y la llamada a dar testimonio
cada día de nuestras vidas del Reino de amor, justicia y misericordia de
Cristo. La oración es el alma del discipulado y puede fortalecernos para
una vida de misión.
En la larga tradición de la Iglesia, la oración se centra en Dios. La
oración es un vaciarse, no por el vaciarse en sí, sino para estar llenos
de Dios y establecer una relación aún más profunda con Él. Hay tipos
de espiritualidad en la cultura contemporánea que se centran más en la
persona en sí y en conseguir una tranquilidad superficial. La oración
cristiana genuina está atenta a la presencia de Dios y busca maneras de
servir de mayor forma a Dios y a los demás.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE
1. ¿Por qué rezas? ¿Cuándo rezas? ¿Cómo rezas?
2. Si practicas algún tipo de meditación regularmente, ¿cómo la des-
cribirías? ¿Qué medios has usado para perseverar en la meditación?
¿Cómo has mantenido un vínculo entre la oración y una misión cris-
tiana activa hacia los demás?
3. ¿Qué estás haciendo para aumentar tu vida de oración? ¿Qué estás
aprendiendo de tu lectura espiritual que te ayuda en la oración?
Si tienes un director espiritual, ¿cómo te ha ayudado esto en
tu oración?
ENSEÑANZAS
• La oración es la elevación de nuestra mente y corazón a Dios y la
petición de bienes a Él. Es un acto por el cual uno es consciente
de estar en una comunión de amor con Dios. Nuestra oración es