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Cuarta Parte. La Oración: La Fe Orada
pan “de cada día”, insinuando que rezamos por lo que necesitamos hoy
y que rezaremos de nuevo cada día por las necesidades de ese día.
Perdona Nuestras Ofensas como También Nosotros
Perdonamos a los que Nos Ofenden
La quinta petición implora para nuestras ofensas la
misericordia de Dios, la cual no puede penetrar en
nuestro corazón si no hemos sabido perdonar a nuestros
enemigos, a ejemplo y con la ayuda de Cristo.
—CIC, no. 2862
La mejor manera de recibir la misericordia es siendo misericordioso.
Como Jesús nos enseñó: “Dichosos los misericordiosos, porque
obtendrán misericordia” (Mt 5:7). No perdonar a los demás es un gran
problema humano. Guardar rencores es algo común. No perdonar
divide a menudo familias, comunidades e incluso naciones. Jesús destacó
de muchas maneras la misericordia y el perdón, como cuando le pidió
al Padre que perdonase a quienes lo crucificaron (cf. Lc 23:34). Le
pedimos a Dios que seamos capaces de perdonar tanto como nosotros
somos perdonados.
No Nos Dejes Caer en la Tentación
Dios nos quiere liberar del mal; Dios no tienta a nadie (cf. CIC,
no. 2846).
Al decir: “No nos dejes caer en la tentación”, pedimos a Dios
que no nos permita tomar el camino que conduce al pecado. Esta
petición implora el Espíritu de discernimiento y de fuerza; solicita
la gracia de la vigilancia y la perseverancia final. (CIC, no. 2863)
Sabemos que lamedicinapreventiva es deseableparaque así lamedicina
curativa no sea necesaria. Prevenir la posibilidad del pecado es preferible
a pecar, con su impacto negativo en nuestras vidas. Tradicionalmente
se nos ha enseñado a evitar las ocasiones de pecado, es decir, personas
y situaciones que nos pueden llevar a pecar. La virtud se fortalece con
esta práctica.