Apéndice A. Glosario • 547
quien edifica, anima y santifica a la
Iglesia y a sus miembros.
ESTADO DE GRACIA:
Una condi-
ción en la que nuestros pecados han
sido perdonados y nos hemos recon-
ciliado con Dios, aunque aún pueda
ser necesaria la purificación de los
efectos del pecado. Una persona está
por primera vez en estado de gracia,
participando en la vida de Dios, tras
el Bautismo. Si una persona deja ese
estado, puede más tarde reconciliar-
se con Dios, especialmente mediante
el sacramento de la Penitencia.
EUCARISTÍA, SACRAMENTO
DE LA:
Durante la celebración de la
Misa, por el poder del Espíritu Santo
y la proclamación de las palabras
de Jesús por el sacerdote, el pan y el
vino se convierten en el Cuerpo y la
Sangre de Cristo, quien se ofrece por
nosotros y en alabanza al Padre en
un sacrificio no sangriento. La asam-
blea participa activamente con las
oraciones, los himnos, los salmos,
las respuestas y con un sacrificio
personal interior, junto con Cristo,
al Padre. Todos aquellos que estén
adecuadamente preparados pueden
recibir la Santa Comunión, mediante
la cual Jesús transforma gradual-
mente en sí mismo a quien la recibe
y que lo lleva a dar testimonio del
Evangelio en el mundo.
EUTANASIA:
Una acción u omi-
sión cuyo resultado intencionado es
la muerte de las personas enfermas,
discapacitadas o moribundas. Sean
cuales sean los motivos o los medios,
es siempre un mal grave y es moral-
mente inaceptable.
EVANGELIO:
La proclamación de
todo el mensaje de fe revelado en y
mediante Jesucristo, el Hijo de Dios
y Segunda Persona de la Santísima
Trinidad. La palabra
Evangelio
también se refiere a uno de los cua-
tro libros del Nuevo Testamento
—Mateo, Marcos, Lucas y Juan—
que contienen un relato de la vida,
las enseñanzas, la muerte y la
Resurrección de Jesús.
EVANGELIZACIÓN:
Este es el
ministerio y misión de proclamar a
Cristo y dar testimonio de él y de su
Evangelio con la intención de forta-
lecer la fe de los creyentes y de invi-
tar a otros a ser bautizados e iniciar-
los en la Iglesia.
EXCOMUNICACIÓN:
Una pena
severa impuesta o declarada por la
Iglesia sobre un católico que haya
cometido un crimen u ofensa grave
según la ley de la Iglesia; una perso-
na que ha sido excomunicada está
excluida de participar en los sacra-
mentos o recibirlos. Esta pena se
impone como remedio a los pecados
serios, no como castigo. La remisión