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en sus relaciones íntimas, aunque no al usar material pornográfico. Véanse tam-

bién Kleponis,

Integrity Restored

, 66-67; Zimbardo,

Man Dis(connected)

, 107-110;

Gary Wilson,

Your Brain on Porn: Internet Pornography and the Emerging Science of

Addiction

(Reino Unido: Commonwealth, 2014), 27-36; y Gary Wilson, “Why

do I find porn more exciting than a partner? Neuroscience reveals how Internet

porn can trump real sex”,

Psychology Today

(17 de enero de 2012).

104 C. Sun, et al.,

Pornography and the Male Sexual Script

”; y Eunjung Ryu,

“Spousal Use of Pornography and Its Clinical Significance for Asian-

American Women: Korean Women as an Illustration”,

Journal of Feminist

Family Theory

16. 4 (2004): 75-89.

105 Michael Malcolm y George Naufal,

Are Pornography and Marriage Substitutes for Young Men?

”,

Institute for the Study of Labor

(noviembre de

2014); y Mark Regnerus y Jeremy Uecker,

Premarital Sex in America: How

Young Americans Meet, Mate, and Think About Marrying

(Oxford: Oxford

University Press, 2011), 93-100.

106 Se ha demostrado que el uso de pornografía se correlaciona con una mayor

aceptación de las relaciones sexuales antes del matrimonio en general: J. S.

Carroll, et al., “Generation XXX: Pornography acceptance and use among

emerging adults”,

Journal of Adolescent Research

23.1 (2008): 6-30; y P. J.

Wright, “American’s attitudes toward premarital sex and pornography con-

sumption: a national panel analysis”,

Archive of Sexual Behavior

44.1 (enero de

2015): 89-97.

107 Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2014 (26 diciembre de 2013).

108 Según se cita en la

Entrevista concedida por el papa Francisco al padre Antonio Spadaro, SJ .

109 Véase Papa Francisco,

Evangelii Gaudium

, no. 3, y la Bula de convocación del

Jubileo Extraordinario de la Misericordia

Misericordiae Vultus

(11 de abril de

2015).

110 Véase USCCB,

Cuando Pido Ayuda: Una Respuesta Pastoral a la Violencia

Doméstica contra la Mujer

(1992, reeditada en 2002).

111 En los casos en que exista un patrón de abusos violentos permanentes, la cura-

ción de un matrimonio puede no ser posible. Como ya se ha dicho, es vital

alejarse de cualquier peligro, asegurar la propia seguridad y la seguridad de los

hijos, y buscar ayuda y apoyo adecuados.

112 San Juan Pablo II, Carta encíclica

Evangelium Vitae

, no. 97. Véase también

Pontificio Consejo para la Familia,

Sexualidad humana: Verdad y significado

.

113 El

Estatuto

y otras fuentes de información sobre el trabajo de la Iglesia para

proteger a niños y jóvenes pueden encontrarse en

www.usccb.org/issues-and- action/child-and-youth-protection/charter.cfm .