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Capítulo 16. La Confirmación: Consagrados para la Misión

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• En la Iglesia occidental o latina, la Confirmación es administrada

una vez que se ha llegado a la edad de la razón, y es normalmente

conferida por el obispo, significando nuestra unión con la Iglesia y

sus orígenes apostólicos.

• El candidato a la Confirmación, en la Iglesia latina, debe estar

en un estado de gracia, bien preparado a través de la oración y

la catequesis, y estar comprometido a las responsabilidades que

conlleva el sacramento.

• Este es el rito esencial de la Confirmación en la Iglesia latina: el

obispo confiere la Confirmación por la unción con el santo crisma en

la frente, hecha imponiendo las manos, y con estas palabras: “Recibe

por esta señal el don del Espíritu Santo”.

• En las Iglesias orientales, después de una oración de epíclesis, el

sacerdote unge la frente, ojos, nariz, oídos, labios, pecho, espalda,

manos y pies del candidato con el

Myron

(óleo santo). Con cada

unción, el sacerdote dice “Sello del don que es el Espíritu Santo”.

• Las marcas (o caracteres) espirituales e indelebles recibidos en los

sacramentos del Bautismo, Confirmación y del Orden afirman una

relación permanente con Dios e indican que estos sacramentos solo

se pueden recibir una vez.

• “Cuando la Confirmación se celebra separadamente del Bautismo,

su conexión con el Bautismo se expresa entre otras cosas por la

renovación de los compromisos bautismales. La celebración de

la Confirmación dentro de la Eucaristía contribuye a subrayar la

unidad de los sacramentos de la iniciación cristiana” (CIC, no.

1321).

MEDITACIÓN

Hay quienes dicen que tener valentía a la hora de dar testimonio de

nuestra fe es una de las mejores pruebas de la existencia de Dios. La

Confirmación es el sacramento que hace posible el testimonio valiente.

Las interminables historias de los mártires y de otros héroes cristianos a

lo largo de los siglos y hasta hoy ofrecen amplia evidencia del don de la