PREFACIO
A lo largo de la ultima década del siglo XX, la Congregación para la Educación Católica y la
Congregación para el Clero dedicaron muchísima atención a los ministerios ordenados del
sacerdocio y del diaconado. Luego de la publicación de las Normas básicas para la formación
de sacerdotes y del Directorio sobre el ministerio y vida de los sacerdotes en 1994, estas dos
Congregaciones tomaron estos mismos asuntos en relación con el ministerio ordenado de los
diáconos permanentes. En febrero de 1998, ellos promulgaron las Normas básicas para la
formación de los diáconos permanentes y el Directorio sobre la vida y el ministerio de los
diáconos permanentes. En su declaración conjunta e introducción, los prefectos de estas dos
congregaciones ofrecieron estos documentos como directrices que deberán “ser tenidas en
cuenta por las Conferencias Episcopales en la elaboración de sus «Ratio» nacionales. La
Congregación ha pensado ofrecer a los Episcopados este subsidio, análogo a la
Ratio
fundamentalis institutionis sacerdotalis
, para ayudarlos a cumplir de modo adecuado las
prescripciones del can. 236, CIC, con el fin de garantizar en la Iglesia la unidad, la seriedad y
la integridad de la formación de los diáconos permanentes
. 1Luego de varios años de muchas consultas y preparación, el Directorio nacional para la
formación, ministerio y vida de los diáconos permanentes en Estados Unidos recibió el
recognitio
de la Santa Sede el 30 de octubre de 2004. El directorio nacional fue entonces
promulgado oficialmente por el presidente de la
United States Conference of Catholic
Bishops
, en 26 de diciembre de 2004, en la Fiesta de San Esteban, Diácono y Mártir.
A nombre de mis antecesores que prestaron servicios como presidentes del Comité de
Obispos para el Diaconado dirigiendo la elaboración de este Directorio nacional—Obispo
Edward U. Kmiec, Obispo Gerald F. Kicanas, y Obispo Robert C. Morlinio—y de todos los
obispos que sirvieron en el comité durante ese periodo, deseo reconocer especialmente la
extraordinaria contribución hecha por el Reverendo Monseñor Theodore W. Krauss de la
Diócesis de Oakland, California, quien sirvió como coordinador del proyecto del Directorio
nacional. Apreciamos muchísimo sus generosos y calificados servicios guiando los esfuerzos
de los muchos consultores, investigadores, y otros expertos quienes contribuyeron a la labor
del comité.
Dos consultores ayudaron mucho en gran parte del proceso a la labor del comité: el Rev.
Kevin Irwin quien prestó servicios como consultor teológico y el Rev. Monseñor William A.
Bárbaro quien prestó servicios como consultor canónico. El Cardenal Adam Maida y el
Obispo Donald W. Wuerl de Pittsburg, sirvieron como consultores episcopales del comité y
ofrecieron su asesoramiento y sabiduría.
Quisiera también decir algunas palabras acerca de la organización de los documentos que se
presentan en este volumen, el cual consta de dos secciones principales..La primera sección
contiene el directorio oficial llamado Directorio nacional para la formación, ministerio y vida
1
Congregación para la Educación Católica y Congregación para el Clero, “Declaración conjunta e
introducción”, Normas básicas para la formación de diáconos permanentes/Directorio para el ministerio y vida
de los diáconos permanentes (Ciudad del Vaticano: Librería Editrice Vaticana, 1998), p. 8.
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