24 •
Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada
1.
Rebosar de esperanza y fe. No seáis profetas de perdición
. “La
Divina Providencia nos guía hacia un nuevo orden en las relaciones
humanas, las cuales, mediante el propio esfuerzo de los hombres
e incluso más allá de sus propias expectativas, nos dirigen hacia el
diseño superior e inescrutable de Dios”.
2.
Descubrir maneras de enseñar más eficazmente la fe
.
“La mayor preocupación del concilio ecuménico es esta: que
el sagrado depósito de la doctrina cristiana sea custodiado y
enseñado con mayor eficacia”.
3.
Ahondar en nuestro entendimiento de la doctrina
. La
auténtica doctrina“debería ser estudiada y expuesta por medio de
los métodos de investigación y las formas literarias del pensamiento
contemporáneo. La sustancia de la venerada doctrina y depósito
de fe es una cosa, y la forma en la que esta es presentada es otra”.
4.
Hacer uso de la medicina de la misericordia
. “Los errores
desaparecen tan pronto como aparecen, como la niebla ante el
sol.La Iglesia siempre se ha opuesto a estos errores.Frecuentemente
los ha condenado con la mayor severidad. Hoy en día, la Esposa
de Cristo prefiere hacer uso de la medicina de la misericordia
en lugar de esa severidad. Ella considera que responde a las
necesidades de hoy al demostrar la validez de sus enseñanzas en
vez de hacerlo condenando”.
5.
Buscar la unidad dentro de la Iglesia, con los cristianos
que están separados del catolicismo, con aquellos que profesan
religiones no cristianas y con todos los hombres y mujeres de
buena voluntad
. “Tal es el fin del Concilio Vaticano II, el cual […]
prepara, por así decirlo, y consolida el camino hacia la unidad
de la humanidad donde reina la verdad, donde la caridad es
ley y cuyo final es la eternidad”. ([Beato] Papa Juan XXIII,
Gaudet
Mater Ecclesia
,Discurso de apertura del Concilio Vaticano II [11 de
octubre de 1962] [v.d.t.])
El Papa Juan Pablo II indicó que el Concilio Vaticano II debe mucho al
pasado reciente. Él escribió lo siguiente:
El Concilio Vaticano II constituye un acontecimiento providencial
[…] Se piensa con frecuencia que el Concilio Vaticano II marca
una época nueva en la vida de la Iglesia. Esto es verdad, pero a la
vez es difícil no ver cómo la Asamblea conciliar ha tomado mucho