presentarlo a los ministros pastorales de la Iglesia diocesana, y ayudar a su familia a apoyarlo
en su formación.
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II. Dimensiones del itinerario formativo del aspirante
188. Durante la formación del aspirante, se destacarán los siguientes objetivos. Éstos se
presentan en mayor detalle en el Capítulo Tres, “Dimensiones en la formación de diáconos.”
Dimensión Humana
189. En su Exhortación Apostólica postsinodal
Pastores Dabo
Vobis
, el papa Juan Pablo II citó la Proposición 21 del Sínodo
Extraordinario de Obispos de 1990: “Sin una adecuada formación humana, toda la formación
sacerdotal estaría privada de su fundamento necesario.”
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Lo mismo podríamos decir sobre la
dimensión humana del diaconado. El objetivo de una “dimensión humana adecuada” es
ayudar al diácono a desarrollar “su personalidad humana de manera que sirva de puente y no
de obstáculo a los demás en el encuentro con Jesucristo.”
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Objetivos de la
dimensión humana
190. El itinerario de formación del aspirante es también el momento
adecuado para que un aspirante casado y su esposa evalúen la calidad
de su relación y las ramificaciones de la posible ordenación del aspirante al diaconado para
su vida marital. Para el aspirante soltero, es un momento para discernir su capacidad y
receptividad para el celibato.
Una perspectiva
familiar
Dimensión espiritual
191. El itinerario de formación del aspirante debe crear un ambiente
que invite al individuo a crecer en su relación personal con Cristo y en
su compromiso con la Iglesia y su misión en el mundo. La meta de la formación espiritual es
“revestirse de la mente de Cristo,” estableciendo y nutriendo así actitudes, hábitos y prácticas
que sirvan de base para el desarrollo de una vida espiritual auténtica y creciente.
Objetivos de la
dimensión espiritual
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