60 •
Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada
historia apunta a la adoración de Dios el Creador como el foco central
de toda la obra de la creación. “El cielo proclama la gloria de Dios, / el
firmamento pregona / la obra de sus manos” (Sal 18:2).
La
Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación
del Concilio
Vaticano II nos recuerda que “hablando dios en la Sagrada Escritura por
hombres y a la manera humana”, y que si nosotros queremos “compren
d[er] lo que El quiso comunicarnos, debe[mos] investigar con atención
lo que pretendieron expresar realmente los hagiógrafos” (DV, no. 12).
Sigue diciendo que, “para descubrir la intención de los hagiógrafos,
entre otras [
inter alia
] cosas hay que atender a los géneros literarios”.
Los capítulos 1 y 2 de Génesis usan lenguaje simbólico para transmitir
verdades fundamentales sobre Dios y nosotros mismos.
Nos puede ayudar acordarnos lo importante que son los símbolos
en la vida diaria de los seres humanos. Siendo una unidad de cuerpo
y espíritu, expresamos y percibimos realidades espirituales mediante
símbolos materiales. Dios también nos habla mediante la creación
visible: la luz y las tinieblas, el viento y el fuego, el agua y la tierra, los
árboles y sus frutos. Las Escrituras usan todo esto para hablar de Dios y
simbolizar su grandeza y cercanía.
En el lenguaje, los símbolos son usados a menudo para comunicar
una verdad. El lenguaje simbólico en las Escrituras, como lo es en
la literatura en general, puede hacer uso de la poesía, las parábolas,
comparación de historias o metáforas, u otras formas literarias. En el
mundo de hoy en día, a menudo usamos novelas, películas, obras de
teatro, canciones y otras obras creativas para comunicar la realidad de
una forma que una simple presentación de los hechos no puede hacer
tan eficazmente.
Mediante las historias de la creación en los capítulos 1 y 2 de
Génesis, Dios se revela a sí mismo como Creador de todo lo que existe,
particularmente demostrando un amor tierno por la cima de su creación,
el hombre y la mujer. La majestad y sabiduría de la creación de Dios
son celebradas en la elocuencia de los profetas, en el liricismo de los
Salmos y en los escritos Sapienciales del Antiguo Testamento. Mediante
su Encarnación, muerte y Resurrección, Jesucristo renueva toda la
creación, haciéndola suya y llenándola con el Espíritu Santo.