Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  85 / 706 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 85 / 706 Next Page
Page Background

Capítulo 5. Creo en Dios

• 59

mundo es entendido como procediendo de materia preexistente que se

desarrolló de forma natural y no como el resultado de ningún tipo de

acción o plan divinos.

LOS ÁNGELES

Es una verdad de fe que Dios, el “creador […] de todo lo visible e

invisible”, creó un reino de seres espirituales que no comparten las

limitaciones de un cuerpo físico y que sin embargo existe como resultado

de su acto todopoderoso y amoroso de la creación. Llamamos a estos

seres espirituales

ángeles

. “En tanto que criaturas puramente espirituales,

tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales.

Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su

gloria da testimonio de ello” (CIC, no. 330). Los ángeles glorifican a

Dios y trabajan para nuestra salvación. La Iglesia celebra el memorial de

ciertos ángeles (San Miguel, San Gabriel y San Rafael), quienes fueron

mensajeros de Dios.

Algunos de los ángeles se rebelaron contra Dios y fueron expulsados

del cielo al infierno. Su líder es Satanás y son referidos como diablos o

demonios en las Escrituras. Ellos nos tientan al mal (cf. CIC, nos. 391,

1707). Pero su poder es limitado y nunca es mayor que el de Dios.

EL MUNDO VISIBLE

En la primera de las dos historias de la creación (cf. Gn 1–2:4), las

Escrituras describen la creación del mundo visible como una sucesión de

seis días de “trabajo” divino, tras los cuales Dios “descansó” el séptimo

día, el sábado. Desde los primeros tiempos, los escritores cristianos y

eruditos bíblicos han sido conscientes de que el lenguaje en la historia es

simbólico, ya que los seis “días” de la creación difícilmente podrían ser

días solares, ya que Génesis dice que el sol no fue creado hasta el cuarto

día. La secuencia de la creación narrada en el capítulo 1 del libro del

Génesis no es ni literal ni científica, sino poética y teológica. Describe

una jerarquía de criaturas en la que los seres humanos son la cima de la

creación visible. Al acabar la secuencia de la creación con el sábado, la