sabáticos, entrenamientos e internados para sacerdotes, diáconos y empleados
profesionales laicos como preparación para posibles puestos como personal de formación
diaconal.
V. Personal formativo para aspirantes/candidatos
270. Para la administración de los itinerarios de formación de aspirantes y candidatos, el
siguiente personal tiene una responsabilidad especial.
Director de formación
271. El director de formación, que debe ser un presbítero o un
diácono,
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es nombrado por el obispo diocesano como cabeza del
programa de formación para diáconos. Él rinde informe directamente al obispo y debe tener
comunicación regular con él. El director es el responsable de la formación de aspirantes y
candidatos. Sin embargo, el número de participantes en cada programa puede crear la
necesidad de nombrar a un asociado. El director supervisa la implementación del programa
de formación, lleva a cabo evaluaciones con regularidad, hace visitas a los hogares y a las
parroquias, supervisa el equipo de formación, a los profesores y a los mentores; y mantiene
contacto con los párrocos de los aspirantes y de los candidatos.
Responsabilidades del
director de formación
272. El director debe estar familiarizado con el diaconado
—
con su
historia, teología y práctica. Debe tener experiencia parroquial,
habilidades prácticas y experiencia en formación, desarrollo de cursos de estudio,
metodología, discernimiento vocacional, supervisión y administración. Debe ser capaz de
ofrecer liderazgo espiritual que fomente la formación de comunidad. En la mayoría de las
diócesis, el director de formación desempeña varias funciones administrativas, excepto la
dirección espiritual de los aspirantes y candidatos.
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Cualidades de un
buen director
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